Un curioso documental que ilumina una problemática de Tierra del Fuego, pero que sirve como reflexión sobre el accionar del hombre sobre la naturaleza y la falta de responsabilidad histórica para los desastres que la conducta humana genera. Como siempre, la primera reacción que es violenta. Se plantea una amenaza creciente para las estancias laneras del lugar, que cambió el modo y la explotación de las ovejas. El tema son los llamados “perros asilvestrados” Las mascotas abandonadas por los humanos, obligadas a sobrevivir en un entorno hostil, que poco a poco se reúnen en jaurías y vuelven a adquirir la condición de sus ancestros, los lobos. Frente a ese peligro los propietarios de las manadas reaccionan primero con cacerías, luego con trampas y finalmente con alguna racionalidad que viene de la mano de los conservacionistas y protectores de animales frente a la única salvajada comprobada, la del hombre. Juan Dickinson realiza este trabajo con una gran factura técnica y con las opiniones de todas las voces hacia un problema creciente.