ASISTENTE DE COMPRAS Y MISTICISMO
El thriller que distinguió a Olivier Assayas como mejor director en Cannes 2016 entrega una actuación notable de Kristen Stewart con un guión -también de Assayas- no tan bueno de por medio. El personaje principal es una asistente de compras de una modelo prestigiosa que entre sus viajes laborales por el mundo comenzará a percibir eventos sobrenaturales ligados al reciente fallecimiento de su hermano. Los elementos de fantasía son sutiles e ingeniosos. Ahora bien, destacamos el trabajo de Assayas en la dirección de actores (en especial en ambientes cerrados, hay grandes escenas dentro de un tren) pero lleva al límite del insólito ciertas situaciones que atentan contra el argumento principal del film.
Las referencias culturales accesorias de las experiencias espiritistas de Hilma Af Klint y Víctor Hugo restan algo del intenso vértigo hacia el destino de la historia que se descomprime en un final simplón y una cadena de sucesos insólitos. Lo mejor son las actuaciones, la música y algunos trucos de cámara. La apuesta por una ficción distinta que ofrezca otra mirada sobre las etapas adyacentes a la muerte es interesante aunque no tanto el producto final. La libertad con que renovó Assayas a la chica de Crepúsculo es retribuida con el papel consagratorio en la carrera de la joven actriz, inmediatamente después de lanzar Personal shopper sería convocada por The Rolling Stones para protagonizar uno de sus videos.
Hay una microhistoria que comparten Stewart con su hermano muerto y se podría explotar más, más aún porque se trata de una enfermedad que los hace vibrar de una manera similar. Es magnética con la cámara, pero no tenemos una buena construcción de los orígenes o la esencia del personaje principal.
También existe un dejo de extrañeza que acompaña al metraje y la protagonista sabe mantenerlo, hasta que al director se le va la mano con esto. Termina siendo algo demasiado pretensioso que peca de millennial, están tan en boga las últimas tecnologías que la charla post film se conduce inevitablemente a unos mensajes de celular de un destinatario desconocido que en lo sustancioso de la historia.