Personal Shopper pertenece a esa categoría de películas que uno puede etiquetar como “diferentes”. Por ello no es para el gran público e incluso más de un espectador puede lanzar una puteada si paga una entrada de cine por verla.
Ahora bien, el film a mí me encantó justamente por eso: por lo distinta.
Nos encontramos con una cinta que si uno se apresura la puede llegar a catalogar como de terror pero no es así. Es más compleja y variante.
Partiendo desde el título ya notamos que nos encontramos con algo distinto y es un gran acierto porque si la misma película hubiese sido titulada con algo más referencial del género muchos espectadores (de terror) potenciales hubieran puesto el grito en el cielo.
Y hablando de géneros, la cinta va saltando de uno en otro de forma bastante desordenada pero que completan un todo muy coherente. Se pasa del drama al terror e incluso expresionismo de un segundo para otro. Se cambian los tonos y quedan bien.
Es un film que pone nervioso al espectador. Nunca te relajas. Todo esto gracias al gran manejo de tiempos y climas del director francés Olivier Assayas, quien ya ha demostrado muchas veces su habilidad en desarrollo de personajes.
Y aquí es donde hay que volver a reconocer la gran actriz que es Kristen Stewart. Siempre lo fue y por eso ha laburado con los mejores (Allen, Fincher, etc) pero que por un rol comercial (Bella, de la Saga Crepúsculo) su carrera en ascenso desde el indie se vio un ennegrecida pero afortunadamente salió.
En este papel se vuelve a lucir y realmente logra transmitir las inseguridades, miedos y tristezas de su personaje.
Por ese desarrollo, por sus climas y estructura narrativa poco convencional, Personal Shopper es una gran película para el que esté dispuesto a disfrutar de algo atípico.
Una verdadera sorpresa para una cartelera local que apuesta siempre a lo seguro.