Este film fue premiado con el Astor de Oro 2016 en el Festival de Mar del Plata, por ser la mejor película. La directora, guionista y protagonista es Hadas Ben Aroya, una mujer israelí muy joven y talentosa que acierta con un tono melancólico, amargo e irónico al contar las desventuras del amor. Una chica que se acaba de separar, que sufre el rechazo del que comprende ahora, era un gran amor, que combate su soledad, su perdida con nuevas conquistas. Ella es el centro de ese mundo de nuevos compañeros con los que experimenta en el sexo lo que cree que perdió. Y en la compañía de esos hombres distintos, amigos con derecho a roce, cada experiencia deja su sabor desencantado, su cuota de mirada inteligente y aguda, su soledad más profunda. Por ese sentimiento perdido es capaz de humillarse como nunca. Por ese tiempo de una generación llamada “millennials” en un Israel moderno, pero que tiene la universalidad como para pensar que pudo haber transcurrido en Palermo Hollywood. Fresca, desprejuiciada, narcisista, pero también sin miedo de llegar hasta el hueso en el análisis de comportamientos de los más jóvenes, temerosos del compromiso pero también sufrientes por amor.