El estreno de esta producción israelí viene precedido por su paso en varios festivales de cine, incluido el internacional de Mar del Plata del año pasado en donde obtuvo el premio a mejor película en la competencia oficial.
De corta duración, no llega a los 90 minutos, es la radiografía de una mujer de 25 años en pleno proceso de ruptura de su pareja.
En realidad la narración se abre con una exposición a cámara del mensaje grabado en video para su ex novio por parte de Joy, la joven protagonista. Y a convenir que esa apertura es más que interesante, pero luego de esa primera secuencia se acabaron las ideas. Las mismas retornaran en la última sucesión de acciones por parte de nuestra heroína, como para darle un cierre que no es tal a la historia, y a la realización en particular.
En el medio es un derrotero de casting de posibles hombres y/o mujeres, pero algo se desliza de tanta incongruencia que pueda suplantar al hombre de su vida.
La directora, guionista, productora es simultáneamente la actriz principal, si bien no se puede encuadrar dentro de lo que actualmente se denomina cine “no narrativo”, lo que es una contradicción en su mismo enunciado ya que hay un mínimo de querer contar algo, pero es tan exiguo que daría sólo para un cortometraje.
La directora tuvo oportunidad de explicar el filme a la salida de la proyección en el festival marplatense citando sus propias palabras: ”estar en contacto con el público y que una, como cineasta, tenga la posibilidad de explicar o desarrollar un poco la idea, es una oportunidad única”... (extraído del reportaje que le realizara Ezequiel Obregon en esa oportunidad).. Lo que estaría enfrentándose a los dichos de Krzysztof Kieslowski cuando afirmaba que si se tiene que explicar algo de su película eso significa que la misma no funciona.
Aquí todo se construye alrededor de la joven. Se encuentra con uno, beben algo, tratan de tener sexo, luego otro, en un medio sin compromisos, desengaños, desilusiones que nadie le sostuvo, como un pseudo rompecabezas, escenas una detrás de otras en que el orden de los factores no altera el producto.
El filme no llega a aburrir por su corta duración, también es insondable que pueda ocurrir en su recorrido pues nada hay de construcción de un relato, no hay un conflicto instalado y desarrollado, sólo presentado, y a medias.
Tampoco se puede pretender que la radiografía de un personaje se generalice y se extienda a todo un grupo etario que conviven en una misma realidad social, ese sólo personaje es de ese orden.
Hay una especie de parangón con la idea de Glauber Rocha, el director de cine icono del “Cinema Novo Brasilero” de los años ‘60, ...“La cámara en la mano y la idea en la cabeza”..., aquí sólo se cumple la primera parte, el resto no se si llamarlo improvisación, quizás registro audiovisual proyectado en pantalla grande, pero cine no estoy tan convencido, ¿Por ahí un ejercicio estudiantil de la carrera audiovisual?
Nada se puede decir de la benevolencia del premio, pues no vi “contra” que películas competía.