Nuevo exponente del cine de terror ruso, "Pesadilla al amanecer", de Pavel Sidorov, tiene mejores ideas que pericia para concretarlas felizmente. Sigilosamente, se viene instalando dentro del mercado interno una moda para los estrenos de terror en salas.
El cine de terror ruso viene pisando fuerte. Algo que no sería llamativo, de no ser porque durante muchísimo tiempo fue ignorado, y en el último tiempo ya contamos con tres estrenos que, como plus, comparten productores; y la cosa no parece terminar acá.
Es probable que esta moda sen deba a un síntoma tradicional de las épocas de crisis. Traer películas de países remotos es más económico, y el terror generalmente resulta rentable y efectivo en cuanto a la ecuación inversión de distribución/resultado en taquilla.
Lo que en la etapa del 2000 y siguiente fue el cine de terror nórdico y el asiático; hoy puede ser el ruso. "La novia", "La sirena", y "Pesadilla al amanecer", tres películas que comparten productor, y poco más. Hay algo remarcado en la estética, es verdad, algo usual en el cine ruso desde siempre, y en cualquier género.
A diferencia de las dos anteriores, "Pesadilla al amanecer" no se conforma con presentar un espectro funcional, y crear una historia efectiva que ubique a los peones en contexto. No, quiere ser más, quizás demasiado más, y ahí es cuando comienzan sus problemas. Sveta (Alexandra Drozdova) es una joven cuya madre falleció pariéndola en un hecho muy extraño (presentado en el pre créditos).
Actualmente le quedó su hermano mayor y un puñado de buenos amigos. A los pocos minutos, el hermano muere en circunstancias muy similares a las de su madre; y a Sveta comienzan a acecharla más frecuentemente sueños oscuros expresados en pesadillas mortales que, entre otras cosas, traen el recuerdo de su madre, su hermano, y un extraño ser sombrío.
Para tratar este síntoma, Sveta se interna en un instituto de somniología en el cual se somete a un experimento de sueños colectivos. Tres pacientes más se anotarán junto a ella a esta terapia en la cual, penetrarán todos en los sueños del otro… una idea buenísima siendo que los sueños de Sveta son cada vez más vívidos y mortales.
Por supuesto, el espectador sabe más que los personajes, y ya cuenta con la información de que madre y hermano murieron mediante estas pesadillas. De todos modos, aguardan más vueltas de tuerca.
En poco más de hora y media, "Pesadilla al amanecer" plantea un clima sombrío, de encierro, sombras, suciedad, y esa estética neo gótica de la que hablamos se suele valer el cine ruso fantástico. Abundan los golpes de efecto, los jump scares, y los elementos efectistas para agarrarnos desprevenidos cuando “menos lo esperamos”.
Recurso válido y provechoso si es utilizado en su justa medida, no en sobreabundancia como es en este caso. Si tenemos un mínimo de conocimiento de terror, ya sabemos cuándo va a venir el susto (si hay un silencio prolongado, ya sabemos qué sucede un segundo después).
Para peor, molesta cuando la mayoría de esos sobresaltos resultan en sustos falsos, viento, puertas que necesitan WD-40, un gato, un amigo pavote, etc. "Pesadilla al amanecer", es cierto, quiere abarcar demasiado. Toca demasiados temas, presenta demasiados hechos, y lo que pudo ser un simple slasher sobrenatural, termina incluyendo varios tópicos más que, por un lado confunden, y por otro le quitan peso y concreción.
Es imposible no verla y pensar en "Pesadilla en lo profundo de la noche", y sobre todo en la tercera entrega de la saga, y algo quizás de la séptima.
Pero todo lo que en aquellas funcionaba, acá se encuentra ausente por acumulación de otros elementos innecesarios. No hay un espectro fuerte como Freddy, las muertes no son tan inventivas. Es más, durante gran parte de la película (un tedioso segundo acto) no sucede prácticamente nada relacionado al terror, solo más y más historia.
Los personajes tampoco ayudan, Krueger se enfrentaba a adolescentes carismáticos (por lo menos en las mejores entregas); acá ninguno llega a interesarnos en lo más mínimo, comenzando por Sveta.
De los otros tres pacientes, sabremos algo de su historia, pero nunca nos estimulan a pensar si sobrevivirán o no. Pavel Sidorov es un director operaprimista, y pareciera encarar esta película por encargo. NO hay un sello personal, nada que la destaque o nos haga pensar que "Pesadilla al amanecer" puede permanecer en la memoria.
Montaje apresurado al inicio y al final, y en el medio un gran bache (en todo sentido, el guion tiene varios agujeros indisimulables) que lleva al aburrimiento y a la pérdida de interés sobre lo que sucede. Hay algo detrás que parece interesante, algo que pudo ser.
Ese intento del Freddy ruso, aunque trillado, quizás pudo haber funcionado. Incluso con algunas de sus vueltas de tuerca, pero en el desarrollo todo queda en promesa. Podemos decir que "Pesadilla al amanecer" es de esas películas de las cuales... mejor despertarse rápido.