A través de la historia del cine, el lenguaje de los sueños ha sabido ocupar un lugar destacado. Ya sea como realidad paralela o como método para simbolizar los temores y anhelos de los personajes , la oniria suele ser representada frecuentemente dentro de esta gran máquina de sueños que constituye el cine. En esta ocasión, la pantalla grande nos introduce en las fantasías lúcidas de Pesadilla al Amanecer(Quiet Comes the Dawn, 2019), una nueva película de terror rusa que no hace más que hacerle honor a su nombre, presentando una historia desprolija y sosa que sin duda se convertirá en una tortuosa pesadilla para los espectadores despistados que la hayan elegido sin mucha información.
La ópera prima de Pavel Sidorov sigue a Sveta (Alexandra Drozdova), una joven atormentada por vívidas pesadillas que en su cumpleaños número 20 descubre que su hermano se ha suicidado. Con el apoyo de su mejor amiga, la adolescente comienza a investigar las posibles razones que llevaron a Anton a tomar terrible decisión, topándose con una misteriosa obsesión por el mundo de los sueños. En busca de respuestas, Sveta asiste a un instituto de somnología donde junto a otros tres pacientes se somete a un experimento de sueño lúcido colectivo. Pronto, los temores más profundos de cada integrante del grupo comienzan a salir a la luz.
El filme de terror ruso no solo arrastra todos los clichés del género habidos y por haber, sino que resulta amorfo y vago en elementos esenciales de la obra cinematográfica, como la construcción de un guion inteligente y una dirección que se atreva a hallar un estilo propio, más allá de “cumplir” con cierta fórmula. El cineasta principiante intenta compensar la falta de creatividad con alguna que otra escena onírica tétrica y un diseño de producción aceptable que por momentos nos trae a la memoria los años ’80 y las historias surgidas a partir de los diversos estudios sobre el comportamiento del sueño que tuvieron lugar en aquella década. Sin embargo, es imposible tapar el sol con las manos: Pesadilla al Amanecer no tiene una estructura sólida en donde apoyarse. La exploración del universo de los sueños, sus usos e interpretaciones según las diferentes épocas, culturas y religiones, es un tema fascinante que Sidorov no hace más que desperdiciar a cada paso en esta trama redundante y predecible.
Podemos decir sin temor a exagerar que Pesadilla al Amanecer se alza como una de las peores películas de terror de los últimos años. Está claro que este ejemplar no se corresponde con el buen momento que se encuentra atravesando género a nivel internacional, tanto en la escena mainstream como independiente, con filmes que evitan ajustarse a la norma. Una pérdida de tiempo que no hará más que provocar el disgusto y el hartazgo de todos aquellos amantes del cine de terror, surrealista y del séptimo arte en general.