Una remake que suma escasas novedades
Las remakes no siempre suman. La correcta recreación de la primera entrega de aquel fabuloso éxito que fue “Pesadilla” seguramente sorprenderá a las nuevas generaciones, pero no tanto a quienes pretendan superar el terror que generaba Robert Englund en el filme de Wes Craven de 1984. Allí vuelven los efectos que apuntan a generar espanto y hasta Freddy saliendo de la pared. Tampoco faltan los viejos recursos como las garras frotando paredes y metales y saliendo del agua. El recurso del sueño en este regreso ya no sorprende. Y aunque las razones de las cuales depende la supervivencia de los personajes o la profundización sobre la historia del nefasto protagonista son de las pocas cosas que tienen algunas variantes, no siempre alcanzan para superar el horror original. Lo cual no impide que los adolescentes de hoy la pueda disfrutar.