Deseo y decepción
Peter Capusotto, con sus 3 dimensiones a cuestas, va camino a transformarse en una de las grandes decepciones de 2012.
En los últimos lustros las constantes colaboraciones entre Diego Capusotto y el guionista Pedro Saborido han dado como resultado algunos de los programas humorísticos de televisión (Todo por dos pesos y Peter Capusotto y sus videos) y radio (Lucy en el cielo con Capusottos) más originales y renovadores.
Pero, a pesar de los antecedentes Peter Capusotto y sus tres dimensiones es una película fallida. La versión cinematográfica de Peter Capusotto es menos que cualquiera de los programas de televisión. El 3D parece obedecer a un capricho absurdo (o al afán de vender entradas más caras), porque no ofrece ningún aporte relevante, más allá de uno o dos chistes efectivos que se realizan a costa del formato.
En la película algunos de los sketches son un poco más largos que en la TV pero en general esto no da otro resultado que el aburrimiento y la previsibilidad (en los casos de Miki Vainilla y Jesús de Laferrere esto se nota especialmente) vale hacer una excepción con Bombita Rodriguez que habitualmente tiene una extensión superior a otros segmentos y en el filme es el que mejor funciona.
Quien vaya a ver Peter Capusotto y sus 3 dimensiones seguramente se reirá a carcajadas unas cuantas veces, y posiblemente se aburra en muchos otros momentos. El filme está pensado para un público adicto al programa capaz de celebrar la mera aparición de cada uno de los personajes que ya conoce y no espere más que esos momentos plenamente risibles que no faltan.
Entre chistes existe un intento por generar una reflexión sobre el entretenimiento, pero resulta muy tenue y no alcanza para darle sentido al filme. Creo que de Saborido y Capusotto se podía esperar más. Para empezar mejores nexos entre sketches y un aprovechamiento mayor de la pantalla de cine, por no hablar de darle alguna utilidad física o humorística al 3D. Pero nada de eso ocurre y Peter Capusotto, con sus 3 dimensiones a cuestas, va camino a transformarse en una de las grandes decepciones de 2012.