Visiones y televisiones
No quiero repetirme. ¿Repetirme? ¿Qué expresión es esa? ¿Significa clonación? En realidad habría que decir “no quiero repetir lo que ya dije”, ¿no quiero? No sé si no quiero. Bah, lo repito. Ya dije acá que las películas, cuando empiezan, fresquitas, suelen prometer. Vamos otra vez: Peter Capusotto y sus 3Dimensiones, dirigida por Pedro Saborido, empieza y promete.
Lo que esperamos que sea una mera sucesión de sketches y una versión mejorada del programa de televisión empieza con una promesa de unidad temática: la reflexión disparatada y ácida sobre el concepto de entretenimiento. Y se parte del 3D, con buenas observaciones sobre el fenómeno actual de los anteojitos en el cine. Bien, así como en la televisión, acá también Peter Capusotto reflexiona sobre el medio en cuestión. Pocos minutos después llega el mejor momento de la película, el que combina pertinencia, lógica humorística, creatividad y ritmo: Violencia Rivas y la canción que dice “ponete los anteojos y mírame ésta”. Pero desde ahí todo se diluye: las referencias al concepto de entretenimiento se hacen cada vez más forzadas y espaciadas, hay pocas canciones, falta tensión cómica, hay sketches muy largos y fallidos (el de Micky Vainilla, el de las “sectas suburbanas”). Aquí y allá aparece algún buen chiste aislado y filoso (sobre todo en el sketch de Bombita Rodríguez), pero la promesa de unidad temática no se cumple y, sobre todo y mucho más importante, al no tener en cuenta la magnificación del tiempo, la concentración y la atención que proporciona el cine, la película se aplasta rítmicamente, y asistimos a uno de los grandes defectos de la televisión trasladada a la pantalla grande y a la sala oscura: eso que nos parecía muy bueno mientras ordenábamos las remeras del placard no merece nuestra atención completa en el cine. En el cine somos espectadores más dedicados que en la televisión. Y Peter Capustto y sus 3Dimensiones debió llegar al cine más trabajada, más armada, con más y mejores chistes, con más ideas, con más canciones, con más variedad. Debió darnos menos respiros, menos tedio, menos sopor. Incluso debió, por lo menos, haber tenido más animales de juguete de mala calidad. No se puede ser tan escaso y confiar tanto en el éxito televisivo. Quizás la película sea un éxito, pero triunfar y vender no necesariamente es convencer. Peter Capusotto y sus 3Dimensiones debió haberse mirado en un espejo como el de El mundo según Wayne de Penelope Spheeris y no en la tradición local de “esto tuvo éxito en la televisión, repitamos el éxito en el cine con la mera repetición y el descarado estiramiento del producto”.