Los cuentos de hadas y misterio han sido desde la antigüedad un nexo entre el mundo infantil y el adulto. Los padres, las hermanas mayores o abuelos los contaban y los niños escuchaban. Según Bruno Bettelheim los cuentos de hadas servían para introducir al niño en un universo encantado, cuya magia permitía dar rienda suelta a la imaginación cada vez que las dificultades de la vida real amenazaban con aplastarlo.
El niño vive en un mundo caótico. Pero mientras los adultos han aprendido a integrarlo, el niño se siente abrumado por las contradicciones que se producen en su psiquis. Experimenta la doble sensación de amor y odio, deseos y temores. Así es como el cuento de hadas describe su mundo: los personajes encarnan la maldad más atroz o la bondad extrema. Los animales devoran o ayudan. Todos los personajes son unidimensionales, lo que permite que el niño comprenda con facilidad sus acciones y reacciones.
Con respecto a los cuentos tradiciones hay dos vertientes, la que siguen los Hermanos Grimm, agresiva, violenta y apegada a la realidad, y la de Perrault más edulcorada. Pero en su análisis de los cuentos tradicionales sostenía que los cuentos de hadas, en la mayoría de los casos, eran más crueles que la propia realidad. Entre esas dos variantes se encuentra el “Peter Pan” de James Matthew Barrie, escrita y estrenada en el teatro en 1904, y novelizada en 1911. Seguramente haciendo una paráfrasis del cuento de “Pulgarcito” construyó personajes más acordes a las necesidades del niño del siglo XX, a la vez que recuperó el universo infantil de la época victoriana que tan bien había reflejado Dickens en “Oliver Twist” y “David Copperfield”.
La nueva versión de “Peter Pan” está realizada por Joe Wright, quien comenzó su carrera con dos excelentes filmes: “Orgullo Prejuicio”(“Pride prejudice”, 2005) y “Expiación, deseo y pecado” (“Atonement”, 2007), queen su momento marcaron una nueva dimensión tanto en términos visuales como narrativos. Luego con “El solista” (2009) cambio su rumbo y su postura fue más formal. Con “Hanna” (2011), concebida también como un cuento de hadas, y “Ana Karenina” (2012) se refugia en la transculturización desde un punto de vista irreverente y el “collage pop”.
“Peter Pan” a su vez tuvo varias variantes en el cine a partir de la presentada por Disney en 1953, dirigida por Clyde Geronimi y Wilfred Jackson. En 1960 se presenta “Peter Pan” con actores dirigida por Vincent J. Donehue, en 2003 aparece la realizada por P.J. Kogan (la que mejor refleja el contenido de la novela original), en 2004 se realiza “Finding neverland” dirigida por Marc Foster, y en 2014 se presenta “Peter Pan live” realizada por Rob Ashford y Glenn Weis; también se realizó la miniserie dirigida por Nick Willing: “Neverland” (2011). Sin olvidar la desangelada versión de Steven Spielberg “Hook” (1991).
La propuesta de Joe Wright para esta nueva “Peter Pan” toma como base el cuento de James Matthew Barrie, y realiza su propia versión bajo las leyes de una curiosa intertextualidad, manteniendo la crueldad del cuento original a través de los adultos y la fantasía e inocencia mediante los niños.
En esta versión Peter Pan es un niño que va en busca de sus orígenes con un colgante, una flauta de Pan. Esos símbolos desde la antigüedad se entregaban a los que por distintos motivos se ausentaban de sus casas y al regresar, por temor a no ser reconocidos, mostraban sus medallones con la inscripción clave.
Joe Wright cambia algunos personajes y agrega otros, pero no le da a Peter el carácter maligno que posee en el cuento original. Lo personifica como un niño dulce y solidario, que intenta buscar salidas, no mágicas, para resolver los problemas. Y tras ensayo error logra volar y salvar a los niños perdidos como el otro Peter.
El Peter Pan original es un niño semejante a un gnomo, que pelea con los piratas y los aplasta con gran satisfacción. Es simpático, y exige de cuantos le rodean una sumisión absoluta. Sus travesuras le absorben de tal manera que es capaz de arriesgarlo todo (y a todos) poseído por la acción. Para éste niño no existen pasado ni futuro, vive en un constante presente y está cautivo de su propia acción, hasta ser en la práctica un ser extremadamente hiperactivo. Ese Peter Pan poco tiene que ver con el niño simpático, amigable y por momentos abúlico que presenta Wright
El acento sobre el desquiciado mundo adulto fue puesto en el nuevo personaje creado, el capitán Barbanegra (Hugh Jackman), que encarna por una especie de transferencia los dos lados negativos de Peter Pan: la maldad y el no querer crecer. En el caso del Barbanegra está reflejado en su obsesión por inhalar polvo de estrellas, que obtenía mediante el trabajo forzado en minas de los niños vendidos por las monjas de un orfelinato de los años ‘40.
Barbanegra, posee todas las cualidades de Hook: es un ser humano, vive en el tiempo, recuerda su aristocrática educación, teme al cocodrilo y espera acabar algún día con Peter Pan. En él es posible vislumbrar verdaderos sentimientos (maldad y compasión). Y por eso, también, es un personaje trágico, porque él, que está hecho de tiempo, se ve perdido en la tierra de Nunca-Jamás y como a cualquier mortal a él también le llega su hora.
En síntesis esta versión de Joe Wright es muy confusa para los que conocen la trama original, y despareja en el ritmo. Éste parece dividido en dos partes, una primera divertida y entretenida, en la que da rienda suelta a su imaginación al plantear un collage estético muy pretencioso, en tanto que la segunda apunta a una apelación ecológica, visualmente magnifica, y se desbarranca hacia un apresurado final, sostenido a veces por la música (“Smells like teen spirit”, de Nirvana y “Blitzkrierg bop”, de los Ramones), y en otros momentos por una explosión de estética visual punk (vestuario y escenografía), acompañadas por pinceladas semejantes a los paisajes de John Constable, máximo representante de la pintura romántica paisajista inglesa del siglo XIX, cuya técnica consistía en dar más importancia a los colores vivos y muy expresivos, como también los contrastes mediante el claroscuro.
Varias escenas poseen guiños a George Lucas, y en especial una escena tributo que alude a “Star wars V - El imperio contraataca” (1980). También Spielberg recibe sus guiños con un capitán Hook (Garret Hedlund) semejante a Indiana Jones en una pequeña escena, fundamental en la historia, pero que pierde relevancia por el fárrago de imágenes. También cuando las naves vuelan trae a la memoria “Las aventuras del varón de Munchausen” (1988) dirigida por Terry Gilliam.
Con respecto a las interpretaciones, especialmente de Hugh Jackman no logra alcanzar la altura de un villano y no consigue elaborar un personaje creíble, su creación parte de la exageración para instalarse en la grandilocuencia, hasta alcanzar ribetes de clown. Más o menos algo semejante sucede con Garret Hedlund, que no encontró el tono preciso para dimensionar a Hook. Levi Miller en cambio le da a su Peter el encanto necesario para convertirlo en un niño de carne y hueso que debe luchar contra un mundo adulto que no alcanza a comprender.
El “Peter Pan” de Joe Wright es un bello espectáculo visual, pero carente de contenidos apropiados para niños, ya que la confusión es el “leiv motiv” de toda la trama. Cuando se trabaja para el universo infantil lo fundamental es ofrecer contenidos claros y reconocibles. Barrie si bien creó un personaje que no quería crecer, ni enfrentar los traumas de la pubertad, ni tener obligaciones, era coherente, sabía lo que quería. En cambio el Peter de Wright no sólo no sabe lo que quiere, sino que debe ser empujado a completar su destino. La búsqueda de identidad y de las figuras parentales tan propia de la historia de la humanidad (Edipo), en esta versión pierde la potencia y convierte al filme en un pobre cuentito pasatista.