Joe Wright (“Orgullo y prejuicio”) se mete con un cuento tan conocido, derrochando una técnica sofisticada, que por momentos parece muy “Avatar”, con algo de “Indiana Jones”, que pasa de una Londres oscura de los bombardeos nazis al derroche de fantasía. Pero no está lograda. El espíritu del cuento sólo llega por momentos. Igual, entretiene.