La previa de la historia
La película de aventuras está inspirada en el relato de James M. Barrie y viene a contarnos una precuela.
A diferencia de lo ocurrido en Estados Unidos y Canadá, donde apenas recaudó el 10 por ciento de su inversión en el estreno, en la Argentina Pan: Viaje a Nunca Jamás, se ubicó en el top ten de las películas más vistas del fin de semana, junto con los estrenos Sin escape y En la cuerda floja; Sicario -todavía no ingresada en la cartelera bahiense- y la nacional Baires.
Con pie derecho en nuestro país, la película de aventuras inspirada en el relato de James M. Barrie viene a contarnos una precuela en la que se explica cómo huérfano fue a parar al país de otra dimensión y confirma la fragilidad de los vínculos, cuando se encuentra a los futuros enemigos como aliados y hasta amigos.
Aquí el villano todavía no es Garfio, sino Barba Negra (Hugh Jackman), un pirata que esclaviza a niños y adultos por igual en las minas de polvo de hadas, en el País de Nunca Jamás.
Hasta allí llega Peter (Levi Miller), abandonado por su madre 12 años antes, con una carta donde le promete reunirse "en éste u otro mundo". Ahí, Peter encuentra a Smee (Adeel Akhtar), asistente y capataz de las minas; a Garfio, un prisionero más, a las hadas (Cara Levigne) y a Tigrilla (Garrett Hedlund), la princesa indígena que lo conducirá a la tribu que más tarde lo acompañará en una rebelión contra el opresor, entre otros conocidos personajes.
Buena parte de los 150 millones invertidos -se nota-, fueron a parar a la espectacular producción de arte y efectos, para recrear un Nunca Jamás y un desarrollo de situaciones a la altura del más imaginativo. Dentro de ese fascinante envase, el guión se entrama, anda y desanda, pero se encarga de salir adelante para tentar a la dudosa continuidad.
¿Qué podría salir mal? Ya se verá. Por ahora, una inversión difícil de recuperar.