Podríamos decir que Pan es una re-introducción del clásico personaje creado por J.M. Barrie para el público moderno.
La última adaptación de la obra original la tuvimos hace poquito más de una década (Peter Pan, 2003) y no tendría sentido alguno hacer otra remake de un cuento tan conocido en un lapso de tiempo tan breve. Ni Disney se atrevería a meterlo en sus planes de llevar al live action todas sus animaciones dado a que aquella película dirigida por P.J. Hogan tomaba la misma estructura que la animada de 1953.
¿Entonces qué se hace con este personaje que ya ha tenido películas, obras de teatro, musicales, series de tv, mangas y videojuegos? Pues Joe Wright respondió muy bien esa pregunta.
Utilizó una fórmula muy conocida en el cine de los últimos tiempos: el año uno (o año cero) para contar los orígenes de alguien ya establecido.
Y por si quedaba alguna duda al respecto las primeras líneas del film hacen referencia a ello: “la historia que sucedió antes de la leyenda”.
Aquí es donde se expande la mitología creada por Barrie y nos presentan a un Peter huérfano en Londres en plena Segunda Guerra mundial, el misterio de por qué su madre (la siempre bella Amanda Seyfried) lo dejó ahí será una constante toda la cinta.
Algo curioso para destacar es la paleta de colores, cuando se muestra al orfanato y la vida ahí lo vemos en blanco y negro y solo hay colores (pero no tan vívidos) cuando los chicos juegan.
No pasa mucho tiempo hasta que la Tierra de Nunca Jamás se hace presente y no son sus colores infinitos los que llaman la atención sino el gran diseño de arte, algo que Wright viene demostrando muy bien en todos sus films y este no solo no es la excepción sino que también le añade el tono fantástico por lo cual pudo desatar más a su equipo de producción.
Asimismo, el film es un despliegue de efectos visuales que por momentos abusa y peca con el CGI. Algunas de las escenas de Peter volando son groseras en lo obvio que no es el actor al que vemos sino a uno generado gráficamente. Pero fuera de eso está muy bien.
El director le da buen ritmo al film y entretiene mucho. Incluso genera intriga por más que el final se puede imaginar con facilidad.
En cuanto al elenco, hay de todo. Hugh Jackman es un actor excelente y no hay rol que interprete mal pero la verdad que aquí parece sobreactuado. Ojo, hay que aclarar que es la naturaleza del personaje y seguro también le dieron directrices para que sea de esa manera. Pero vale la pena mencionarlo.
Rooney Mara no se destaca demasiado y llama la atención su elección para el papel dado que Tiger Lily (Tigrilla por aquí) es -tanto en el libro como en las adaptaciones anteriores- de etnia de pueblo originario de Estados Unidos. Pero bueno, es una nueva moda de Hollywood cambiar razas.
El Capitán Garfio que aún no es Capitán cayó en manos de Garret Hedlund, cuya carisma no es la necesaria para interpretar a tal icónico personaje. Pero a su favor vamos a decir que aquí todavía le falta que le corten la mano para convertirse en quien está destinado a ser.
Por otro lado el que se lleva todas las loas es el debutante Levi Miller ya que la mayoría de la película recae en sus jóvenes hombros y la puede llevar muy bien. Sin él este film no funcionaría así que fue un gran hallazgo. Su naturalidad y química con el resto del elenco es admirable.
Pan también goza de humor y de algunos elementos controversiales. No los mismos que en la novela original sino unos nuevos siendo que el Polvo de Hadas se extrae a través de la minería y es aspirado por el villano el más llamativo.
En definitiva nos encontramos ante un muy buen film de aventuras cuyo target principal son los niños y pre-adolescentes pero que puede ser disfrutado por todo público.
Ojalá le vaya bien para poder seguir viendo la historia y la evolución de los personajes hasta que lleguen a ser quienes todos conocemos. La ventana quedó muy abierta para ello.