Humano versus conejo
Las travesuras de Peter Rabbit (Peter Rabbit, 2018) es una película familiar dirigida por Will Gluck, quien también se encargó del guion junto a Rob Lieber. Está basada en los cuentos infantiles escritos e ilustrados por Beatrix Potter. Aparte de los animales hechos por computadora, cuenta con las actuaciones de Domhnall Gleeson (Tim en Cuestión de Tiempo), Rose Byrne (Kelly en Buenos Vecinos) y Sam Neill. Las voces originales son de James Corden, Daisy Ridley, Elizabeth Debicki y Margot Robbie.
Peter Rabbit vive en el campo con sus tres hermanitas y su primo Benjamin. Para alimentarse recurren a la cuidada granja del señor McGregor (Sam Neill). Esto hace enojar al hombre hasta tener ganas de matarlos, pero los conejos son salvados por Bea (Rose Byrne), una pintora que los quiere como si fueran sus hijos. Con la inesperada muerte de McGregor, su pariente Thomas (Domhnall Gleeson) hereda la huerta por lo que se aleja de Londres, donde justo fue despedido de su trabajo en una juguetería. Bea empezará a establecer una relación con su nuevo vecino, sin embargo Peter no soportará ser reemplazado y le hará la vida imposible a Thomas.
Como se puede ver, el film cuenta con un argumento sencillísimo y súper predecible. A pesar de ello, Will Gluck se apoya en las situaciones desopilantes para que el espectador nunca pierda el interés por Peter Rabbit. Los chistes funcionan tanto en chicos como en grandes, lo que la convierte en una comedia ideal para toda la familia.
A lo largo de los 90 minutos se puede llegar a la conclusión de que no está sucediendo demasiado, ya que siempre se muestra al conejo contra el humano, en una especie de competencia por ser el dueño absoluto del afecto de Bea. Los animales están bien diseñados y no quedan raros frente a las personas, sin embargo cuando en ciertos momentos se muestran las ilustraciones originales de la autora resulta casi imposible comparar y darse cuenta que éstas son mucho más enternecedoras.
La música moderna y la fotografía que remarca los tonos verdes del campo le dan a la película una frescura irresistible, aparte de que Rose Byrne resulta la perfecta opción para encarnar a una mujer amante de los animales. Domhnall Gleeson infunde a Thomas una personalidad histriónica, llena de enojo que no puede controlar. Su tire y afloje con Peter Rabbit en varios momentos nos recuerda a “Tom y Jerry” y/o al “Coyote y el Correcaminos”.
Las chaquetas que usan los conejos, sus movimientos o que se comuniquen entre ellos no hacen más que humanizarlos para que logremos empatizar con ellos. Sin embargo, aquí ni los animales ni las personas son perfectos, por el contrario los errores se cometen de ambos bandos lo que logra un mensaje más relevante sobre el pedir perdón y aprender a convivir.
Las travesuras de Peter Rabbit puede que abuse de las escenas que pretenden dar gracia utilizando la electricidad, no obstante cumple con lo que se propone: hacer pasar un rato divertidísimo en la sala de cine.