Peter Rabbit, dirigida por Will Gluck (Annie) es la nueva propuesta live action de Sony. Mezcla actores reales (Rose Byrne como Bea y Domhnall Gleeson como Mr. McGregor) con personajes generados digitalmente. Peter Rabbit es, como su nombre lo indica, un conejo que viste una chaqueta azul heredada de su padre. Lidera una pandilla integrada por sus hermanas Pelusa, Pitusa y Cola de Algodón y su primo Benjamín. Pasan los días robando alimento de una huerta vecina. Creen que el dueño es su peor enemigo porque convirtió al padre de Peter en un pastel. Pero cuando muere de un infarto y Mr. McGregor hereda la finca, se encuentran con un rival más peligroso. Además de querer exterminarlos, empieza un romance con Bea, que provoca los celos de Peter.
Si bien la acción es simple y lineal, la película es muy entretenida. Tiene un buen ritmo narrativo que hace que nunca te aburras pero tampoco te satures. Maneja un humor que va desde chistes físicos para los más inocentes hasta gags un poco más subidos de tono. Cuando se recomienda a una película “para toda la familia” se apunta a esto mismo. Los chicos la disfrutan de principio a fin y los adultos no se duermen de aburrimiento.
La animación se mantiene dentro de los niveles que estamos acostumbrados a ver. No es una propuesta descollante pero tampoco es mala: se ve correcta. El plus es que tanto Peter Rabbit como los otros animales que aparecen desbordan carisma. El cerdo que se la pasa comiendo y prometiendo ponerse a dieta, los pajaritos que cantan y todos los otros habitantes del campo tienen sus personalidades y sus expresiones bien definidas y actúan como un excelente complemento de la trama principal.
Hay también a través del personaje de Bea un sentido homenaje a Beatrix Potter. La autora, creadora de Peter Rabbit entre otros personajes, también vivió en una finca, dedicándose al arte. Venía de familia acomodada y podría haber vivido de herencias, pero quiso escribir. Se dedicó a crear todo un mundo de fábulas infantiles inspiradas en los animales que veía en sus visitas al campo. También las ilustraba, y estos dibujos originales cobran vida en la película. Estos dos elementos demuestran el cariño y respeto hacia ella, algo que merece ser mencionado.
Sintetizando, Peter Rabbit es una película simple y sencilla, pero llena de humor e incluso cariño. No subestima al espectador saturándolo de chistes fáciles ni explicándole lo mismo tres veces. Amena y sin mayores pretensiones, es una muy buena propuesta para grandes y chicos.