La adaptación al cine del famoso personaje creado por Beatrix Potter, "Las travesuras de Peter Rabbit", por el director de "Amigos con beneficios", Will Gluck, es un híbrido infantil tan incómodo como fallido en varios aspectos.
Escrito en 1893 por la autora Beatrix Potter (cuya vida puede revisarse en el film "Miss Potter" con Reneé Zelweeger interpretándola), Peter Rabbit se convirtió rápidamente en una serie de libros infantiles aclamados tanto por su simpática historia, como por las célebres ilustraciones de la propia autora.
En los libros se describe a un conejo travieso, juguetón, aniñado, con un claro propósito de divertirse y comer. Personajes como Bugs Bunny tienen una inspiración en su figura.
Peter Rabbit ya tuvo otras adaptaciones, en "The Tales of Beatrix Potter", allá por los ’70, y en la serie de los años ’90 de la BBC junto a otros personajes de la autora. Pero por primera vez logra un film para él sólo, un liveaction que lo podría haber homenajeado como se merece.
Sin embargo "Las travesuras de Peter Rabbit" termina acumulando una serie de errores que muy probablemente lleven a este film a su olvido.
Ya de por sí, el guion, realizado por su director Will Gluck junto a Rob Lieber, es una mezcla en la que se cuenta una historia similar a la original, pero llevada a la actualidad, y reconociendo las historias antiguas como pasado del personaje. Un pastiche que a quienes vayan por seguimiento del personaje poco simpatizará.
Peter vive junto a los suyos en el campo, y su medio de vida es alimentarse de los vegetales que cosecha el viejo McGregor (Sam Neil), robándoselos.
A muy poco de iniciada la película nos chocamos con la primera alerta. McGregor fallece en plena cacería ¿Se acuerdan de la sensibilidad de películas infantiles como "Coco", "Up", o hasta "El cadáver de la novia para tratar la muerte"? Bueno, "Las travesuras de Peter Rabbit" destroza esa posibilidad en pocos segundos, con uno de los momentos , supuestamente humorísticos, más incómodos y de mal gusto que se puedan recordar en una película dirigida al público menudo. A partir de ahí, todo irá en picada.
Cuando McGregor fallece, los conejos y otros animales, como un cerdo con bléiser , se apoderaran de la granja para darse la gran vida, sin preocuparse ni un poco en las consecuencias (ni hablar de la congoja del luto). Pero esta dicha dura poco.
El heredero del viejo McGregor, Jeremy (Domhall Gleeson), un hombre empresarial de ciudad, es embaucado en una de esas tretas típicas de comedias sin muchas vueltas, y llega al campo con la inteción de cambiar de aire y ver qué hace con la tierra. Sí, Jeremy será el nuevo oponente a vencer por Peter &Cia.
Hay una historia romántica entre Jeremy y la vecina Bea (Rose Byrne), amiga de los animales. Pero nunca importa demasiado.
Quienes conozcan algo de Peter Rabbit y lo quieran ver plasmado en la gran pantalla, deberán contentarse con unos pocos minutos en los que este personaje recuerda su pasado, y se recurre a una secuencia animada que emula las ilustraciones del libro y la historia de aquel. Por el resto, es un desierto.
El guion apela a contar la misma historia del cuento, con Peter cometiendo travesuras para poder comer, pero el traslado a la actualidad, como ocurre muchas veces, se entiende como cambio de espíritu, llevándolo a referencias pop, chistes de muy mal gusto, y un ritmo frenético que agota a los cinco minutos.
Will Gluck viene precedido por el clásico de las estudiantinas de este siglo Easy A (que había adaptado ligeramente con éxito "La letra escarlata"), y la mencionada "Amigos con beneficios", que posee varios tramos entretenidos. El problema con "Las travesuras de Peter Rabbit" es intentar hacer el mismo tipo de película en un contexto totalmente diferente.
"Easy A" y "Amigos con beneficios" son películas con muchos chistes sexuales, lenguaje de doble sentido, y una vorágine que le quedaba muy bien para una propuesta adolescente veinteañera. Hacer lo mismo con la historia de Peter Rabbit es decididamente un error, porque la película no es Ted, que se dirige a público adulto, sigue siendo un film para niños, por lo cual se ubica en una zona gris que la convierte en muy incómoda.
La interacción entre humanos y animación no es mala, pero los movimientos de los personajes son extraños, frenética y espasmódicos. La narración crece de fluidez, y repetimos hay una falta de sensibilidad total.
El doblaje al español hace imposible disfrutar de las voces de James Corden, Sia, Daisy Ridley, o Margot Robbie. También dificulta la apreciación de actores como Gleeson y Byrne, de probada eficacia en la comedia.
"Las travesuras de Peter Rabbit" ofrece muy pocas satisfacciones, y la sensación de haber podido aprovechar mejor una base muy potente, solo dificulta más la experiencia. Mala suerte para este conejo