Durante los últimos 20 años más o menos, los realizadores del cine ATP tratan de adoptar una propuesta inclusiva. Es decir, que los adultos disfruten a la par de los niños. Esto ha traído como resultado que no pocas veces los guiones hayan madurado, sin necesidad de caer en una oscuridad excesiva pero tampoco cayendo en una nube rosa.
No obstante, es algo que debe ser vigilado, sino se corre el riesgo de exponer a los chicos a un humor (aunque efectivo) que dificilmente puedan asimilar. Es en este debate donde encontramos a Peter Rabbit
Temporada de Conejo
Peter Rabbit vive con sus hermanas en una madriguera bajo un árbol. Están bajo el cuidado de Bea, una pintora que es como una madre para ellos. Paralelamente tienen una relación antagónica con el Señor McGregor, dueño de la huerta vecina, escenario de muchas de sus travesuras. Todo cambia cuando fallece McGregor y su estricto sobrino, Thomas, hereda la propiedad, la cual desea vender. La cosa se complicará cuando se enamore de Bea, y esto cause no pocas fricciones entre Peter y Thomas.
En materia guion debe concedérsele a la película que es entretenida y goza de sendos obstáculos que el protagonista debe superar, aparte de que genera muchas risas en dicho recorrido. El desarrollo de personajes es, durante la gran mayoría del metraje, prolijo: protagonista y antagonista tienen motivaciones muy claras. Es esta oposición de deseos lo que permite la fluidez dramática y, desde luego, será la principal fuente de humor.
Sin embargo, hay dos inconvenientes que señalar. Primero: la película tiene logrados momentos de humor, pero su búsqueda del mismo puede ser tan frenética que a veces no pueden evitar sucumbir a un humor subido de tono que excede a la premisa ATP en que está inscripta. El segundo inconveniente tiene que ver con el desenlace, que está basado en una enorme contradicción a la propia lógica establecida.
En materia actuación tenemos una labor sólida de Domhnall Gleeson: ya ha incursionado previamente en la comedia, aunque aquí prueba que el humor absurdo le sienta todavía más. Sam Neill está tan irreconocible como eficiente en el breve rol antagónico que la película deposita en él. Por otro lado debemos destacar el gran trabajo de voces donde figuran James Corden, (como el conejo protagonista), Daisy Ridley y Margot Robbie, con esta última tomando también el rol de narradora del film.
El cuanto a lo técnico debe decirse que es impecable. Habitualmente cuando el live action convive con lo digital, la animación de este último apartado suele ser exagerada. Sin embargo Peter Rabbit no toma ese camino. Si bien adopta un claro antropomorfismo, en su mirada de los animales, las texturas, los pelajes y las expresiones guardan cierto nivel de realismo.
Conclusión
Aunque a menudo incurra en un humor que dista del ATP al que claramente apuntaban y tenga un desenlace que pudo ser mejor, Peter Rabbit es una entretenida propuesta que va a sacar no pocas risas. Si es para niños ya es materia de otro debate; pero de ser así, se tendría que decir que no es para los muy chicos.