“Petite maman” de Céline Sciamma. Crítica.
Céline Sciamma lo hizo de nuevo.
Francisco Mendes Moas Hace 4 semanas 0 26
Luego de su rotundo éxito con su anterior obra “Portrait de la jeune fille en feu”, la cual también formó parte del festival en ediciones anteriores, llega su nueva película “Petite maman”. Céline Sciamma inaugura la competencia internacional del 36º festival internacional de cine de Mar del Plata. Teniendo en claro que tipo de cine quiere realizar, presenta una obra casi minimalista donde retrata la compleja forma que tienen los infantes de mirar el mundo.
La pequeña Nelly acaba de perder a su abuela. Junto a sus padres se mudan a la casa de la fallecida para limpiarla y llevarse las posesiones materiales. Una gran oportunidad para recrear todas las aventuras que la niña había escuchado de su madre. Pasear por el bosque, construir un fuerte, perderse en la naturaleza. Pero su madre se encuentra afrontando un fuerte duelo, lo cual la lleva a abandonar prematuramente la casa. Sola y con un padre ocupado Nelly explora los alrededores hasta encontrar otra niña, con aspecto similar a ella y el mismo nombre de su madre.
Aquí es cuando deberíamos hablar del realismo mágico en que se tiñe la película y como los hechos fantásticos no perturban la cotidianeidad de la joven Nelly. ¿Pero podríamos encasillar la película de esta manera cuando es simplemente la manera que tiene Nelly de afrontar la vida? Ante los absorbentes ojos de la infante todo es mágico, una nueva casa es un castillo para explorar y el nuevo bosque no es más que un universo de aventuras. Su posición ante la vida, inocente, sin preconceptos, genera que no se sorprenda ante los maravillosos sucesos que vive.
Sciamma tiene la capacidad, que solo tienen los grandes directores, de hacer que todo parezca sencillo. Narrar sin necesidad de espectaculares puesta de cámara o efectos. Una simpleza compleja, la naturalidad que poseen sus personajes al actuar, los escenarios que parecen haber sido habitados, el bosque, portal mágico a otra época. Invisibilizando miles de horas de trabajo, en cada plano Céline pareciera solo poner la cámara y decir acción, captando la vida misma.
Una vez más Céline Sciamma nos sorprende con una gran obra, tendiente al minimalismo pero poseedora de gran corazón. Contradictoria la manera que usamos materia orgánica para algo que sólo simula la vida. Fiel a su estilo, sin llegar a repetirse, conmoviendo con una simpleza única de las grandes historias que están bien contadas. Sciamma simplemente nos obliga a poner su película como una gran candidata al premio mayor.