El horror de perder a un hijo
El filme tiene un sólido guión y una Judi Dench que nunca cae en el recurso fácil, la que pinta a una ama de casa común, necesitada del empuje del otro para incentivar la fuerza de la búsqueda.
Philomena (Judi Dench) no sabe que su contacto con el periodista Martin Sixsmith (Steve Coogan), va a llevarla al fin de una búsqueda de cincuenta años. Una irlandesa sencilla y un intelectual de la palabra, culto y sarcástico, que toma la relación como la necesidad de completar ""una nota humana"", que, de alguna manera, lo haga olvidar su reciente desvinculación con un importante medio en el que trabajó por años.
Pocos días antes, la hija ya adulta de Philomena, se enteró que tenía un medio hermano. Su madre, lo confesó, luego de ocultarlo por años. Desde la adolescencia, soltera y en trance de dar a luz, fue encerrada por su familia en el monasterio de Roscrea, donde pierde a su hijo. La ayuda del periodista, que va entablando poco a poco un lazo emocional con Philomena, la conduce a Estados Unidos, donde el pequeño Tony, el hijo ausente, va tomando un rostro, una identidad.
UN BUEN GUION
La película está basada en una historia real que contó el periodista Martin Sixsmith en el best seller "El hijo perdido de Filomena Lee", sobre la base del caso de Philomena Lee, actualmente de ochenta años y que desnuda la trama de la entrega de bebés por organizaciones religiosas y la explotación de menores en el ámbito laboral.
Philomena se vio obligada a trabajar durante varios años, a cambio de casa y comida en el convento, junto con otras adolescentes, siendo testigo de la entrega de su hijo, un niño de tres años, a una pareja que luego sabría era de origen norteamericano. El filme personaliza un tema ya tratado hace doce años por el director escocés Peter Mullan en "Las hermanas de la Magdalena", sobre la explotación laboral y la intolerancia de las monjas irlandesas del asilo católico.
La historia que retoma Stephen Frears, revulsivo director de "La reina" se encuadra dentro de la línea del melodrama de buen ritmo, austero, con toques de humor, de tono más cercano al cinismo y al sarcasmo.
"Philomena" tiene un sólido guión y una Judi Dench que nunca cae en el recurso fácil, la que pinta a una ama de casa común, necesitada del empuje del otro para incentivar la fuerza de la búsqueda. A su lado, se lucen un discreto y contenido Steve Coogan, Sophie Kennedy Clark en la Philomena adolescente y Barbara Jefford, como la polémica Hermana Hildegarde.