Para hacer esta película menor pero tierna sobre una mujer que da a su hijo en adopción y pasa medio siglo buscándolo es necesario tener a) un director inteligente que no haga lagrimear automáticamente y b) actores inteligentes que manejen la ironía. El film lo dirige Stephen Frears y lo protagonizan Steve Coogan y Judi Dench, con lo cual la historia (triste pero trivial) va por los mejores caminos posibles, los más agradables.