Pichuco

Crítica de Rodrigo Chavero - El Espectador Avezado

Martín Turnes, uno de los creadores de Cinevivo.org y experimentado director de fotografía de documentales muy interesantes ("¿Quién mató a Mariano Ferreyra?", "Salomé") debuta con su primer largo basado en la figura de un gigante de la escena musical porteña: el gordo Pichuco, maestro del bandoneón.
Siendo un hombre que respeta el tango aunque sin considerarme ni por lejos, de conocedor, la obra de Troilo conmueve a la distancia porque combina calidad y masiva aceptación popular. Es innegable la importancia de su figura para el tango y al ver el entusiasmo con el que sus seguidores continúan su legado hoy en día.
Uno no puede dejar de emocionarse cuando se proyecta un fragmento de "Los tres berretines" y ve a Pichuco, joven, con 19 años, ya tocando con estilo en una cinta de 1933. Y mucho más, cuando se entera que un profesor de la Escuela de Música Popular de Avellaneda, junto a sus alumnos, se encuentra digitalizando 500 arreglos manuscritos originales que se conservan en su orquesta.
Hay entrevistas, músicos interpretando algunos de sus clásicos, anécdotas jugosas sobre la leyenda del bandoneón (un entendedor dice que el 90 por ciento de sus composiciones fueron un éxito) y mucho material que está bien organizado, de manera dinámica y amistosa para incluso el público no habituado a los documentales.
Turnes logra hacer un homenaje distinto y recorre la ciudad combinando 2x4 e imágenes y creando momentos únicos (los músicos tocando en el cementerio de la Recoleta entre los tumbas de Magaldi y Montiel es impagable) generando un film ciudadano y conmovedor para cualquier porteño de ley.
Gran ópera prima de Turnes. Re descubrir a Pichuco de su mano es un viaje imperdible. No la dejen pasar.