Pina

Crítica de Carlos Herrera - El rincón del cinéfilo

El sistema 3D al servicio del movimiento

Wim Wenders es uno de los directores del Nuevo Cine Alemán que en toda su extensa y prolífica carrera realizó un ejercicio de continua experimentación en todas sus producciones que le valió estar considerado entre los cineastas más importantes del mundo.

Pïna Bausch fue la creadora de un nuevo lenguaje coreográfico cuando en 1973 fue contratada por el ballet de Wuppertal, al que denominó Tanztheater y donde imprimió a las coreografías un nuevo estilo que le dio trascendencia internacional en el mundo de la danza.

Wim Wenders y Pina Bausch fueron amigos durante más de 20 años y siempre fantasearon con la idea de hacer una película que mostrara el arte de la coreógrafa, pero el cineasta no encontraba una tecnología adecuada para realizar un filme que pudiera transmitir la magnificencia de un género de baile que se fusiona por momentos con el teatro y debe expresar por medio de imágenes un mensaje subliminal, con secuencias que puedan ser claramente asimiladas por el espectador.

El sistema 3D permite la filmación de Pina

Finalmente en 2007, con la llegada del renovado sistema 3D a las filmaciones de los videos clips musicales, Wenders descubrió que esa era la tecnología que necesitaba para poder rodar un documental sobre la figura de Pina Bausch y junto a ella comenzó la preproducción.

Pero sorpresivamente la coreógrafa murió y el proyecto se detuvo hasta que los integrantes del Tanztheater convencieron al cineasta de que el documental debía rodarse, y Wenders decidió hacerlo con las piezas coreográficas que la misma Pina había seleccionado para mostrar en pantalla.

Las piezas de ballet filmadas

En la película pueden verse las siguientes piezas coreográficas creadas por Pina Bausch:

« Le sacré du printemps », del año 1975. Es una performance, con música de Igor Stravinsky, en la que los bailarines están sobre un escenario cubierto de turba que les llega hasta los tobillos por lo que no pueden realizar movimientos livianos. El contenido argumental es una pelea de género que termina con el sacrificio ritual de una mujer. En el tercer milenio el mensaje envejeció y puede encasillarse a esta pieza como un clásico por lo novedoso de sus movimientos que la mayoría de las veces escapan a las cinco posiciones.

“Kontakthof”, del año 1978, Esta obra se desarrolla en un salón de baile, sobre la pista se mueven, alternadamente, bailarines solos, en pareja o grupalmente. Pina Bausch la estrenó con profesionales, pero en sus dos reposiciones incorporó bailarines amateurs con edades que van desde los 14 hasta los 65 años. Es la pieza más emblemática del clisé de Bausch: “Bailemos, bailemos, sino estamos perdidos”.

“Café Müller”, estrenada en 1978, es un ballet de concepción minimalista para seis bailarines con música de Henry Pourcel, seguramente pensado para las habituales giras de la compañía. Se desarrolla en un escenario repleto de mesas y sillas representando a un café. Los bailarines realizan movimientos lentos con los ojos cerrados, solo un hombre los mantiene abiertos y ayuda a los demás a desplazarse. Un ácido mensaje de Bausch sobre los liderazgos.

“Vollmond”, estrenada en 2006. Es un ballet muy representativo del arte de Bausch, donde todos los mensajes subliminales tienen relación con los enfrentamientos entre el hombre y la mujer. En esta pieza se ve una guerra de sexos buscando el amor bajo una espectacular tormenta lluviosa que ellos mismos provocan.

Análisis y comentarios

Wenders se alejó del clásico documental, si bien Pina Bausch aparece en pantalla gracias a las nuevas tecnologías cinematográficas, no se trata de una película en la que se cuente su vida cronológicamente, sino que todo el filme es un documento que registra las innovaciones realizadas por la coreógrafa que dieron por resultado un estilo propio, que facilitó el nacimiento de un nuevo género en la danza, el teatro-danza, que recién ha comenzado a desarrollarse con gran impulso en la Argentina.

Algunas de las piezas filmadas lo fueron en representaciones en vivo del Tanzatheater Wuppertal Pina Bausch, lo que le agregó autenticidad al testimonio visual, que se ve reflejado por las expresiones de los integrantes del cuerpo de baile que manifiestan sus sentimientos hacia la directora desaparecida mediante el juego cinematográfico de que el espectador pueda escuchar sus pensamientos.

Todos estos testimonios tienen una fuerte carga emotiva y sirven para situar al espectador en el campo de la creación performática aunque no sea un entendido en la danza.

Hay otros cuadros, sobre todo los duetos, que fueron filmados en exteriores y entregan a la platea un mensaje de lo que es la libertad total en el arte.

Todos los bailarines poseen una técnica impecable que les permitió, luego de acostumbrarse a que una cámara los siguiera, entregar al espectador todo el emotivo amor que Pina Bausch puso en sus creaciones.

Es una película que atrapa primero por lo visual y luego por lo argumental de los cuadros coreográficos que se ven en pantalla, por lo que el espectador común podrá disfrutarla al mismo nivel que los amantes de la danza, y los profesionales del movimiento lograrán aprehender para su arte muchísimos tics que le permitirán crecer en sus carreras. (Carlos Herrera).