En la historia del cine, tuvimos varios años donde se estrenaron películas de temáticas muy parecidas, siendo una como mínimo buena, y la otra mala. Este año pasó lo mismo, ya que recibimos dos adaptaciones de Pinocho diferentes. Una por el amado por todos Guillermo del Toro, y otra por alguien que hace rato no hace nada bueno, como Robert Zemeckis. El resultado de esta última ya lo conocemos, así que veamos que nos dio el buen Guillote en esta ocasión.
Esta vez conocemos como Geppetto perdió a su hijo Carlo, y tras una noche de borrachera, se decide a crearse un hijo de madera, Pinocho. Lo que no pensaba es que este títere iba a cobrar vida, y que él mismo, lejos de ser obediente, es bastante rebelde. Así es como la vida los hace separar, pero el amor que se tienen es más grande.
Si, olvídense de la versión que nos viene dando Disney desde siempre, ya que esta vez, nuestro Guillermo favorito, decide apegarse más a la historia original que luego el ratón se encargó de deformar con el paso de los años. Y es en esas diferencias donde Guillermo del Toro´s Pinocchio empieza a brillar con luz propia; ya que estamos ante una película animada de stop motion, pero para grandes.
Y esto no solo lo decimos por la crudeza de algunas escenas, o por el detonante del conflicto principal, algo que a leguas se nota que no es para los chicos. Sino que, en varios momentos, quien les habla (un boludon de treinta y seis años) se encontró llorando como pocas veces lo hice en este 2022. Me saco el sombrero ante Del Toro.
Y no podemos dejar de hablar del elenco de voces. A destacar en especial el trío principal compuesto por David Bradley como Geppetto, Gregory Mann como Pinocchio y Ewan McGregor como Pepe Grillo. Estos tres la rompen, en especial Bradley, también conocido como “el que hacía de Walder Frey en GoT”. El veterano actor tiene una cadencia y timbre de voz que le vienen perfecto para esta versión de Geppetto, que se aleja de ese anciano 100% noble que siempre se nos vendió.
Por último, mencionar la animación. Usando el stop motion, este proyecto le demoró a Del Toro más de diez años, y viendo el resultado final, valió la pena tanto trabajo y esfuerzo. Solo esperamos que no le roben el Oscar a Mejor Película Animada en la próxima edición…
En conclusión, Guillermo del Toro´s Pinocchio es una obra de arte. Es la clara diferencia cuando vemos una película por un verdadero artista, y no por un x que hace un proyecto sin alma. Para ver, disfrutar, llorar y volver a ver.