Alegres aventuras de un payaso
La televisión y el teatro hicieron de Piñón Fijo un personaje dicharachero y simpático que muy pronto se ganó el favor de los niños que vieron en él a un payaso que relataba amenas aventuras y entonaba pegadizas canciones. El cine, pues, no podía dejar pasar la oportunidad de mostrarlo en la pantalla grande, y así surgió este film que relata una original trama en la que Piñón Fijo, único personaje humano de la historia, siempre acompañado por su fiel amigo Cabrito, se verá de pronto inmerso en una alocada misión cuando el grillo Cri Cri le pide ayuda para salvar a sus compañeros del bosque, que son asediados por el malvado Cuis, que desea empañar la popularidad de Piñón Fijo. Éste acepta ayudar a sus nuevos amigos y, juntos recorrerán una serie de mágicas travesuras en las que el payaso pondrá en juego toda su astucia para salir indemne con su plan, al son de esos temas musicales ya tan conocidos por sus seguidores.
Los directores Luciano Croatto y Francisco D'Intino, basados en un entretenido guión, lograron su propósito de divertir a los pequeños espectadores al compás no sólo de la gracia de Piñón, sino también de esos animalitos dibujados con indudable pericia por un equipo artístico que supo conjugar la presencia humana del protagonista con las graciosas andanzas de sus cómplices animados. Los admiradores del payaso se divertirán, sin duda, con sus canciones y con esa picardía que emana de su amplia sonrisa y de sus cálidos relatos. Lo técnico, rodado con gran imaginación por el director de arte Mauricio Martínez, se da la mano con la soltura de ese payaso siempre dispuesto a ayudar a los necesitados al compás de la música y de la gracia en cada una de sus intervenciones.
Todo en el film es, pues, entretenido y por momentos alocado y está servido, como sabroso plato, para que los muchos admiradores de Piñón Fijo puedan ahora, desde la pantalla grande, proseguir por ese sendero de aplausos que hizo de este payaso un ícono del mundo infantil.