El siempre rarito Capitán Jack Sparrow, papel que le compró una isla a Johnny Depp, regresa en esta quinta entrega, la cual se enfoca en continuar lo visto en la trilogía original de Gore Verbinski y deja muy acertadamente de lado a ese fallido spinoff que fue la anterior entrega, ‘On Strangers Tides’. En el reparto volvemos a contar con Geoffrey Rush y su espectacular Capitán Hector Barbossa, Orlando Bloom con una pequeña pero poderosa aparición cómo Will Turner y muy poco de Keira Knightey como Elizabeth Swan.
La historia sigue a Henry Turner y Caryna Smyth, quienes se alían con Sparrow para hallar el tridente de Poseidón, un arma capaz de controlar el mar al gusto de su portador y de romper cualquier maldición. Pero todo se va a desmadrar cuando el implacable Capitán Salazar (Javier Bardem) escape del triángulo del diablo junto a su tripulación fantasma para darle caza al pirata de Disney que tanto dinero recaudó a lo largo de los años.
Tengo que admitir que amo esta saga con sus aciertos y fracasos, con sus fallas y virtudes. La trilogía original tiene secuencias de acción entretenidas y ágiles, mezcladas con una comedia surrealista y caricaturesca que no se vuelve repetitiva en ningún momento. La historia, más que nada en la primera entrega, es adictiva y bizarra, sostenida por personajes que logran eso que no muchos pueden: disfrutar todas y cada una de sus interacciones. La cuarta entrega fue una opaca continuación con olor a spinoff (ya que dejaba a Will Turner y Elizabeth Swan fuera de plano) con un villano cutre que desaprovechó a Ian McShane de una forma lamentable. Para ver un film de este tipo, lo mejor es entrar apagando esa irritante célula pretenciosa que hay que encender cuando vemos algo de Chris Nolan o Paul Thomas Anderson. Los directores Joachim Rønning y Espen Sandberg entendieron el espíritu de la franquicia a la perfección, logrando un toque fresco e inesperado.
Con un villano terrorífico interpretado por Bardem y una cinematografía colorida y brillante, esta nueva parte sorprende visualmente como en el pasado. El reparto tiene pros y contras; las contras son Brandon Twaithes con su “telenovelesca” actuación y un Johnny Depp sobreactuado que por momentos es doloroso de ver. Los pros son Rush (obviamente), Bardem y Kara Scodelario como Caryna. Si bien este último personaje es muy LA MUJER FUERTE E INDEPENDIENTE QUE HAY QUE PONER SÍ O SÍ PARA SER POLÍTICAMENTE CORRECTOS, la actriz hace un gran trabajo sosteniendo las escenas y se convirtió en un personaje del que querría ver más en una hipotética sexta entrega.
El guión tiene un problema colosal, que es la cantidad de errores de continuidad con las otras películas. Dejan de lado hechos que fueron claramente nombrados y hasta cambian algunos volviendo redundante la mitología que se había construido a lo largo de la saga. Sacando este fallo, los primeros dos actos son geniales. La carrera de Sparrow contra los muertos está llena de momentos dignos de ser vistos y la interacción entre este y Barbossa es, como siempre, una joya que saca a relucir lo mejor de Depp y su trillado personaje. El desenlace, por otro lado, es bastante decepcionante. Un villano como Salazar se pudo haber prestado a un combate épico como lo fue el de Davy Jones contra Jack Sparrow en ‘En el Fin del Mundo’, pero al parecer las peleas con espadas ya no son algo que le agrade al señorito Depp, como la batalla de esgrima que vimos con Orlando Bloom en aquel inolvidable estreno.
El diseño de los barcos, los personajes y el vestuario es fuerte. Siempre es increíble ver a estos personajes caminando por esos sets tan meticulosamente armados, los cuales suelen derivar a situaciones muy locas y repletas de violencia muy a lo dibujos animados. Volver a ver al Perla Negra navegando fue algo maravilloso. Es necesario ver esta película sin tomarla en serio, porque ni siquiera ella misma se toma en serio. Entonces: ¿por qué hablé mal de sagas como ‘Rápidos y Furiosos’ o ‘Transformers’, que son idénticas a esta en el sentido de no tomarse en serio? Bueno, la respuesta es simple: ARTE. Los colores, la ropa, la fotografía, la dirección… es todo magnífico y entretenido, cosa que con las otras no pasa; no pueden caer en comparaciones tan injustas, donde todo es monótono y filmado como un simple videoclip.
Piratas del Caribe: la Venganza de Salazar (Pirates of the Caribbean: Dead Men Tell No Tales) superó las bajas expectativas que el público tenía sobre esta nueva aventura basada en la atracción de Walt Disney World. Créanme que me costó dejar de lado a mi fan, pero honestamente creo que esta franquicia no tiene por qué morir aún. La historia es poco consistente pero entretenida, las secuencias de acción son contundentes y los efectos especiales no se limitan a ser sólo CGI, lo cual siempre valoro en los blockbusters actuales. Súbanse a bordo de esta prejuzgada continuación y disfruten lo bueno que Piratas sigue teniendo para ofrecer. ¡Y no se vayan a ir sin ver la escena post-créditos! Si siguieron las películas va a ser inevitable que los invada la emoción.