La quinta entrega de la saga Piratas del Caribe es, mas que la ultima de la saga, un compendio de las anteriores, un resumen o, como dicen en Los Simpson, un “refrito”.
Sinceramente, allá en el año 2007, con la tercera entrega, Piratas del Caribe: en el fin del mundo, parecia que la saga había llegado a su fin. Esa, la más floja hasta el momento de ellas, ya se sentía como lo mismo, una y otra vez. La frescura y novedad del Jack Sparrow de Johnny Depp se había diluido, y hacer la película cada vez mas larga, no era la solución.
Cuando en el 2011 sale la cuarta entrega de las aventuras, los síntomas de los problemas eran más notorios. Gore Verbinski no dirigía (Rob Marshall lo hizo) y si bien volvía Johnny Depp, la pareja protagonista no, ya que Orlando Bloom y Kiera Knighley se negaron. En su lugar llegaron Penélope Cruz y Keith Richards, cuyo único fin era jugar con el hecho de que Depp había confesado que su personaje estaba basado en el.
Con ese sombrío panorama, y la saga en un constante declive desde su origen, comienzan a armar la quinta. El anuncio de que seria dirigida por la dupla responsable de Kon-Tiki, era auspicioso (si no la vieron, háganlo ya!), pero rapidamente comenzaron los problemas. Cambiaron al guionista original, para traer a Jeff Nathanson, responsable de Rush Hour 2 y 3, Indiana Jones 4, Speed 2, etc. entre otras y seguía sin pintar bien la cosa. La vuelta de Kiera Knightley y Orlando Bloom prometía algo, pero no mucho.
Y finalmente al estrenarse, todos los miedos se confirmaron. La quinta entrega no solo no trae nada nuevo, sino que repite lo anterior, y de la peor manera. Nuevamente tenemos una amenaza sobre Sparrow, que implica ir hasta los confines del mundo en búsqueda de un objeto mágico y místico, sorteando peligros, aventuras, romances y batallas. O sea, básicamente cualquiera de las anteriores.
El problema más allá de eso es que ni Depp puede salvar la película. No solo ya no tiene novedad el personaje, sino que ahora es tan exagerado que parece constantemente una caricatura de si mismo. Es como si un imitador de Johnny Depp disfrazado de Sparrow hiciera morisquetas, y además ese imitador estuviera constantemente borracho. Da pena. Vergüenza ajena.
El promisorio comienzo de a poco se va perdiendo, y la película cae en la indefectible meseta de esas historias creadas para vender muñequitos, aprovechar el 3D y que son craneadas por productores en laboratorios de marketing, que desgraciadamente no tiene nada que ver con el cine y el disfrute de los espectadores.
Si no vieron ninguna de las anteriores, vean esta. Es un resumen de ellas. Si vieron las anteriores, ahórrense las dos horas de cine o esperen verla en dvd o blu ray. Sinceramante, no vale la pena verla en cine, y me atrevo a decir, ojala no haya mas. Aunque por lo que se ve en la escena post créditos, habrá una sexta. O eso quieren.