La quinta parte de esta atrapante aventura tiene todo lo que esperan los seguidores de la saga.
En un escenario económicamente desfavorable, Jack Sparrow (Johnny Deep) se enfrenta al Capitán Salazar (Javier Bardem) y a su tripulación de fantasmas, quienes se encargan de matar a todos los piratas que se cruzan en su camino. Para derrotarlo y encontrar el Tridente de Poseidón, el gracioso antihéroe deberá aliarse a Henry (Brenton Thwaites), hijo de Elizabeth Swann y Will Turner, y a la joven astrónoma Carina Smyth (Kaya Scodelario).
Disney pone todo lo artísticamente necesario en cada uno de sus films. Y más todavía si se trata de una de sus legendarias historias. Dirigida por Joachim Ronning y Espen Sandberg, Piratas del Caribe: La venganza de Salazar (2017) recupera la esencia de las primeras películas (que en la última se había perdido un poco) y muestra un gran despliegue técnico. Los efectos están presentes desde el inicio y son fundamentales en la caracterización de Bardem.
El argumento sigue la línea de la eterna guerra marítima entre los piratas, pero se le agregan algunos datos importantes. Como por ejemplo, el surgimiento de Jack como Capitán, y la situación actual de Elizabeth y Will.
Johnny Deep mantiene la interpretación del carismático Jack Sparrow, y Bardem es un antagonista a la medida. Mientras Geoffrey Rush se vuelve a poner en la piel del querible (por momentos) Capitán Barbossa.
Piratas del Caribe: La venganza de Salazar es una invitación a inmiscuirse en un mundo de aventuras en el que todo puede pasar. Los fanáticos del género la disfrutarán. Y esperarán la próxima.