Disney presenta la quinta parte de la saga de Piratas del Caribe protagonizada por Johnny Depp.
El joven Henry Turner (Brenton Thwaites) emprende la misión de rescatar a su padre Will, condenado por la maldición del Holandés Errante. Para eso necesitará del tridente de Poseidón y de la ayuda de Jack Sparrow, quien está siendo perseguido por el Capitán Salazar (Javier Bardem) y su ejército de muertos.
La saga de Piratas del Caribe continúa buscando nuevos horizontes, después del cierre de la trilogía original y una cuarta parte que pretendía presentar nuevos personajes aunque sin éxito. Llega la quinta película que retoma las bases del primer film de la saga.
Jack Sparrow está siendo perseguido por un ejército de muertos. Y se une con un joven Turner quien se enamora de una mujer (Kaya Scodelario). Ambos tienen asuntos pendientes con sus padres. Hay un soldado que los persigue (un desaprovechado David Wenham) y una maldición que romper.
El argumento general es un calco de La maldición del Perla Negra. Y mientras algunos elementos funcionan, otros se sienten forzados.
El éxito en general de la saga se debe a su protagonista el Capitán Jack Sparrow. Johnny Depp no agrega nada nuevo a su personaje, aunque el espectador espera lo habitual. Muchas gesticulaciones, diálogos y situaciones hilarantes que le suceden más por suerte que por capacidad.
Vuelve el Capitán Barbosa (Geoffrey Rush) más como guiño para los fanáticos de la serie que como eje fundamental de la historia. A su vez hacen apariciones dos personajes de la trilogía original, que podrían abrir el abanico a más películas por venir.
Henry y Carina (las jóvenes caras de este nuevo film) quedan a medio camino a la hora de emular a Will y Elizabeth. Aunque los actores pongan lo mejor de su carisma, el problema radica en el guion. El joven Henry tiene una gran introducción cuando intenta salvar a su padre pero a medida que avanza el film su personaje comienza a perder peso y estructura. En menor medida sufre lo mismo el personaje de Carina, que está impuesto como una brújula para que la película se siga moviendo de locaciones.
Lo que si logra este film es tener un villano bien construido, que se aleja del romanticismo imperante de Barbosa, Barba Negra y Davy Jones. El capitán Salazar sólo tiene un objetivo: la venganza contra Jack Sparrow. La crueldad con la cual lleva a cabo su plan incluso parece excesivo para un film de Disney.