Piratas del Caribe V es la película que vino a hacerle justicia a la saga. Después del exitoso bodrio de la cuarta entrega de la serie que fue “Navegando aguas misteriosas” (2007, llamada en su título original “On stranger tides”), Disney finalmente se reivindica trayéndonos una aventura que sí está a la altura de lo que fue la primera. La música, omnipresente y fácilmente identificable, entra dentro de ese selecto grupo de películas cuya banda sonora original perdurará en las mentes del público, posiblemente junto con las de Star Wars, Back to the Future, E.T., Jurassic Park, Indiana Jones, The Godfather y Mission Impossible.
De la parte visual, todo lo que se pueda decir es poco en comparación al enorme logro alcanzado por los realizadores. Realmente es una maravilla de la animación y la integración entre actores y CGI. Verla en 3D, adicionalmente, aporta mucho a la experiencia cinematográfica. El guión, si bien simple y claramente apuntado a captar públicos de todas las edades, encaja perfecto dentro de la historia de los previos capítulos y pone las cosas en su lugar, con la vuelta de Orlando Bloom y otros personajes, con una participación menor y algunos cameos, respectivamente.
Los chistes obvios, que los hay, conviene que ser indulgente y dejarlos pasar: como se explica anteriormente, Piratas... está dirigida a captar el mayor abanico de gente posible. El Capitán Jack Sparrow (en esta película aprendemos que no es su apellido sino su apodo), encarnado como no podía ser de otra forma por Johnny Depp, conserva su encanto aunque debemos decir que en esta oportunidad está decididamente del lado de los buenos, perdiendo la ambigüedad que lo hacía tan interesante en sus comienzos.
En síntesis, Piratas del Caribe V es una película sumamente disfrutable, que vale la pena ver en cine por sus enormes méritos visuales y entretenimiento.