Un navío, navío, cargado, cargado.
Henry Turner quiere liberar a su padre Will de la maldición que lo obliga a ser el capitán de El Holandés Errante. La única manera de hacerlo es encontrando el tridente de Poseidón, un instrumento capaz de destruir todas las maldiciones. Curiosamente su búsqueda es también la de Carina Smyth, una mujer de ciencia que busca el origen de su padre, con un diario como única guía. Ambos personajes unirán fuerzas con Jack Sparrow, el legendario pirata, quien es blanco de Salazar, un fantasmagórico capitán de mar, a quien Sparrow infortunó cuando todavía estaba vivo.
Piratas del Caribe: La Venganza de Salazar es una película fundamentalmente entretenida. Hay eficientes piezas de acción, sostenidos momentos de comedia, y el desarrollo de personajes está en su justa medida. No obstante, aunque su ingreso al desenlace se siente fluido, la película desinfla en su segunda mitad. También cabe aclarar que si bien incurre en algunas inverosimilitudes, cuenta con algunos momentos emotivos que son abarcados con sutileza y con cierta importancia para el desarrollo del conflicto.
En su debut en la saga, Javier Bardem entrega a un antagonista eficiente y al ser el personaje a quien interpreta tan español como lo es él, suma a la verosimilitud las escasas españoladas que emite al encarnarlo. Aunque Brenton Thwaites y Kaya Scodelario entregan labores prolijas, es crucial el carisma de Johnny Depp, demostrando que por más capaces que sean los otros miembros del reparto, una película de Piratas del Caribe no es tal si no tiene a Jack Sparrow, y sea interpretado por otro que no sea Depp.
Geoffrey Rush no destaca tanto, pero cuando la historia le otorga un momento emotivo, y más allá del caricaturesco pirata que le toca encarnar, termina bordando dichos momentos con la enorme sensibilidad esperable de un actor de su carácter.
Técnicamente y como es de esperar, la película está llevada con prolijidad, desembocando en una labor visual lograda que vende el universo pero no mucho más. No obstante, hay un pico y una meseta en este apartado. Siendo el pico la tecnología que consigue rejuvenecer creíblemente a Johnny Depp para una escena determinada, mientras que la meseta sería la utilización del 3D. En las escenas oscuras no se ve casi nada. Es más, tuve que esperar a una escena diurna para poderle verle la cara claramente a Javier Bardem.
Conclusión:
Piratas del Caribe: La Venganza de Salazar es una entrada de la franquicia que no va a decepcionar a los seguidores. Dista de ser una obra maestra, pero consigue ser un apropiado entretenimiento con sus justas dosis de acción y comedia. No es imperdible, pero tampoco aburre. Si la eligen, puede que no la pasen mal.