En busca de la eterna juventud
"Nací para ser pirata" asegura Jack Sparrow, el extravagante personaje creado por Johnny Depp por cuarta vez en esta aventura que acumula acción, humor y toques fantásticos.
Aunque la exitosa saga parecía agotada, el director Rob Marshall (en reemplazo de Gore Vervinsky) le insufla nuevos aires y, desde el comienzo, se percibe que todavía hay pólvora en los cartuchos.
Con Jerry Bruckheimer como productor, alguien que sabe que tirar la casa por la ventana le da sus buenos frutos, y rubros técnicos de primer nivel, Piratas del Caribe: Navegando aguas misteriosas, entretiene de principio a fin cuando el protagonista se ve obligado a escapar al ayudar a un amigo (se disfraza en una corte), se cruza en su camino con una mujer de su pasado (Penélope Cruz) y aborda el Queen Anne’s Revenge, el barco del formidable pirata Blackbeard (Ian McShane). Todos se pelean contra todos pero buscan lo mismo: la Fuente de la Eterna Juventud.
Con aires de Indiana Jones y una tripulación con guardianes convertidos en zombies, la película hará las delicias de grandes y chicos. Además del tono burlón y estrafalario que le impone Depp, se destaca también Geoffrey Rush, mientras Penélope Cruz acompaña con corrección.
Las mejores secuencias tienen lugar a bordo de un bote atacado por sirenas (una de las piezas fuertes del relato) y de un barco que está haciendo equilibrio en un precipicio. Los responsables de esta cuarta película saben perfectamente cómo hacer para que el entretenimiento no se caiga. Igual que los personajes, quienes se ven empujados a reunír varias piezas para lograr su objetivo.