Acá tenemos la cara opuesta de Rápido y Furioso 5.
En esa serie con Vin Diesel este año los realizadores sorprendieron con una soberbia quinta entrega que superó en materia de acción a los episodios anteriores y resultó una fiesta en las pantallas IMAX.
La causa de esto es que en cada film de la saga los productores se calentaron en buscarle alguna vuelta para ofrecerle algo distinto a los seguidores de esa historia.
Desde juntar a todos los actores en una misma aventura a cambiar los escenarios y levantar la apuesta en la realización de las persecuciones. Podrá ser cutre y todo lo que quieras pero por lo menos te divertís!
Con Piratas del Caribe 4 sucede exactamente lo contrario.
Es un film tedioso donde tiraron todo el peso de la película en los hombros de Johnny Depp, quien en las próximas Olimpíadas debería integrar la selección de remo de Estados Unidos.
Que una historia de piratas genere aburrimiento es imperdonable.
El cisne negro, con Tyrone Power, de 1942, la mirás hoy y es un millón de veces más entretenida que esto.
A favor se puede destacar que los guionistas presentaron una trama mucho más clara y definida que las secuelas anteriores. También eliminaron en gran cantidad todos esos elementos fantásticos que hicieron de esta historia un cambalache a nivel argumental. En ese sentido, la película retoma por momentos el espíritu del film original (por lejos el mejor) donde tenías fantasía, pero no se zarpaban con escenas grotescas como en los capítulos posteriores.
El gran problema de Piratas 4 y lo peor del film es la lamentable dirección de Rob Marshall (Chicago), quien cobró su cheque y filmó la película sin ganas, como si sólo se hubiese limitado a dirigir las escenas que estaban en el guión, sin importarle que ofreciera un producto frío y carente de emoción.
Por la historia que cuentan es una bestialidad que este estreno dure 135 minutos y eso que es la más corta de la saga. En este punto es donde sobresale la ineptitud del director para hacer un film de aventuras.
Arranca bien con la presentación del Capitán Sparrow, pero la diversión enseguida se desvanece cuando el personaje se ve envuelto en situaciones que se repiten una y otra vez con los numerosos escapes del protagonista. Ni siquiera las secuencias de acción son atractivas.
El trabajo de Johnny Depp, de todos modos, es destacable porque es muy difícil repetir el mismo personaje en cuatro películas. Pese a que Sparrow ya no genera sorpresa, con su interpretación logró hacer divertidas un par de escenas.
La presencia de Penélope Cruz tampoco logró darle una renovación a la serie, algo que necesitaba luego del desgaste que tiene los personajes después de tres largas historias.
Los piratas dieron todo lo que tenían y ya no se los puede explotar más, al menos con la dirección que le dieron a este film.
Es hora que Jerry Bruckheimer salga de su letargo y ofrezca un entretenimiento nuevo y fresco.
Sparrow aburrió, prefiero seguirlo a Dominic Torreto.