Una de piratas, como las de antes
Diversión de la mano de los creadores de “Pollitos en fuga”.
El Pirata Capitán está algo preocupado. Desde hace veinte años que no puede ganar en el concurso del Pirata del año. Se entiende viendo lo ingenuo que es, la poca suerte que tiene y la clase de gente que tienen en la tripulación de su buque. Pero la máxima que asegura persevera y triunfarás es la que mejor le calzará.
Casi, casi como a Peter Lord, codirector de esta ¡Piratas! Una loca aventura , y creador de Pollitos en fuga , desde la productora Aardman ( Lo que el agua se llevó ). La animación con muñequitos, en la que Wallace & Gromit fue buena precursora moderna, tiene sus bemoles. Es a la vez encantadora, pero poco realista. La historia de un pirata que ataca a un barco en el que viaja el mismísimo Charles Darwin y a quien está punto de lanzar por la borda, pero éste descubre que el “perico” que el Capitán lleva sobre su hombro es en realidad una especie que se creía extinguida... Y que con ella el Capitán puede ganar suficiente fortuna como para poder empardar al pirata Pata de Palo, entre otros, y lo llena de ambición.
Lo curioso -o no tanto, viniendo de estos ingleses que saben cómo reírse de sus, cómo diríamos, próceres- es que el malvado de la historia es el propio Darwin, que planea robar el pajarito para quedar bien con la otra villana del relato, la reina Victoria, quien -esto sí que es curioso- odia a los piratas.
Realizada para ver tanto en proyecciones comunes como en 3D, el humor simple y con guiños para el público adulto es lo que la convierte, por momentos, irresistible. Claro que a veces el ritmo no se sostiene, y cuando los más pequeños en la sala empiezan a inquietarse, es termómetro de que no todo funciona lo bien que debería.
La solidaridad es uno de los muchos valores que la película ofrece a los chicos. El equivocarse, que es humano y no sólo condición de los piratas, y el poder dar vuelta la hoja, el saber descubrir dónde está la bondad, el sentido de pertenencia, sea a lo que fuera... Así como en Wallace & Gromit el ladero del protagonista era más inteligente que él, el esquema se reitera. Con una animación que ha mejorado a pasos agigantados, no tiene catarata de gags ni la genialidad de Pollitos en fuga , pero es un buen aliciente: qué chico no querrá ver otra peli como ésta...