"Viaje de redención"
Jazmín Stuart vuelve a la dirección, esta vez en solitario por primera vez en su carrera y detrás de la pluma de un guión protagonizado por un elenco de primer nivel. Erica Rivas, Juan Minujín y Hugo Arana están a la cabeza de este drama que resulta tanto divertido como emotivo. Con un estilo visual y narrativo que recuerda al cine europeo, Stuart cuenta la historia de una familia atípica: dos hermanos que casi no se hablan, una madre que los abandonó hace tres décadas y un padre que deja todo para ir a buscarla con resultados bastante distintos a lo que esperaba.
Dina (Erica Rivas) y Pascual (Juan Minujín) no tienen mucho en común, salvo que son hermanos. Ella es bastante devota, y él no. Él tiene hijos, y ella no. Ella trabaja, y él no; y un largo etcétera. Reciben un extraño llamado: su padre (Hugo Arana) ha tenido un accidente en la ruta en medio de la nada mientras viajaba buscando a la esposa que los abandonó sin motivo aparente. Este accidente lo ha dejado postrado en una cama y con ciertas lagunas en la memoria que hacen creer a los hermanos que está irreversiblemente gagá, más aun cuando les cuenta que ganó una importante suma de dinero y lo escondió en medio del bosque, pero no recuerda exactamente dónde, siendo su ex-esposa la única persona con esta información .
Los hermanos emprenden un viaje buscando o bien el dinero o bien a su madre, dos cosas que en definitiva no saben si existen. Se trata de un viaje de descubrimiento que se hace sin muy buena gana, como andando a ciegas. Habrá espacio para los reproches y para las confesiones entre dos personas que casi no tienen trato y ahora se ven obligadas a pasar todo el día juntos por varios días. Aunque sólo se llevan un año, descubren que las percepciones que cada uno tiene de sus padres y su infancia son diferentes hasta lo abismal. Haciendo uso de su sentido de aventura, se convierte en una búsqueda del tesoro (¿cuál?) en el que el viaje es indefectiblemente más importante que el destino final.
Los personajes están interpretados de la mejor manera posible, y son lo que le da vida a este guión. Sin actores que reflejen la transformación de los personajes, esta historia no tendría el menor sentido. Sin embargo, ambos logran divertirnos y conmovernos. Podemos ponernos en su lugar y tratamos de entenderlos como si se tratara de alguien que conocemos en la vida real. Es una historia sobre el amor fraternal, pero desde un lado que se corre de lo clásico: ni desde el afecto ni la rivalidad, sino de unas diferencias que los han llevado a distanciarse y luego a acercarse. Mención aparte para Hugo Arana, quien interpreta un personaje carismático, inocente y sobre todo divertido.
“Pistas para volver a casa” es una comedia dramática al estilo road movie que nos dejará pensando en nuestra propia familia, con un final que deja esa sensación cálida de esperanza pero sin caer en el lugar común de que todo salió perfecto y todos la tienen clarísima. Íntima e intensa, recomendable, dominguera, para ver en familia después de un asado.
Agustina Tajtelbaum