En PISTAS PARA VOLVER A CASA, Erica Rivas encarna a Dina, una chica solitaria que trabaja en una lavandería, fuma todo el día y parece escaparle a todo contacto social. Pascual (Juan Minujin) es su hermano, está divorciado, tiene dos hijos, y su única compañía además de ellos es la mujer que los cuida, una señora bastante mayor que él con la que tiene una relación un tanto particular.
Su madre los abandonó cuando ambos eran chicos y cuando se enteran que su padre (Hugo Arana), tratando de encontrarla, sufrió un accidente, viajan a acompañarlo a regañadientes ya que ninguno lo tolera mucho (el hombre es, convengamos, bastante insoportable). En el recorrido se toparán con un dinero que hay que encontrar cual búsqueda del tesoro pero, fundamentalmente, su objetivo es, ahora sí, encontrar a su madre y saber qué es de su vida y porqué los abandonó de niños.
pistasDe la comedia al drama, del absurdo a la confesión emocional, el nuevo filme de Stuart tiene una amplitud tonal que es inusual, generosa, pero que también desacomoda un poco, especialmente en las partes supuestamente más cómicas que están jugadas de manera un tanto ampulosas y musicalizadas también en ese sentido. No está mal pensado conceptualmente el lado “filme de aventuras” pero no está del todo logrado en la puesta en escena.
Cuando el filme afloja por el lado de la peripecia un tanto absurda y decide ponerse firme y enfrentar los sufrimientos de estos dos casi cuarentones que no han podido superar una infancia traumática es donde la película crece, acompañada por dos actores talentosos y carismáticos que mejoran cualquier escena que les toca hacer. Es la relación entre ellos dos el corazón, el núcleo duro de la película.
Y si bien en este filme a Rivas y Minujín les tocan jugar algunas escenas un tanto, digamos, pasadas de rosca, cuando tienen que encontrar el desgarro emocional de los personajes, no fallan. Y ahí la película encuentra el tono que mejor le sienta y gana la disputada pelea. Por puntos, pero sale más que airosa.