Un sencillo y amable film de Jasmín Stuart.
La primera película de Jasmín Stuart como directora, a medias con Juan Pablo Martínez, fue "Desmadre", bien hecha pero algo aburrida y con partes inverosímiles sobre una niña rica, inútil y antipática, su madre fiestera, y la noticia (que poco les afecta) del secuestro de su padre.
El argumento provenía de una novela del mexicano Guillermo Fadanelli. La segunda película, ya como solista e inspirada en la vida real, tiene personajes más atractivos, no aburre y maneja bien las partes poco creíbles. En suma, es mejor. Pero también mejorable.
Esta vez, la historia reúne a dos hermanos: una mujer medio fracasada, y un fracasado vocacional, que hace años no se ven, pero ahora deben viajar juntos a ver al padre medio gagá, que salió inesperadamente en busca de la madre y quedó internado en un pueblo con casino cercano. El hombre asegura haber ganado buen dinero en ese lugar, y haberlo escondido después en un sitio boscoso cuyos detalles no recuerda. La madre, hace rato que los dejó, pero al parecer tiene las claves del antedicho sitio boscoso. En todo caso, la aventura puede permitir un lindo reencuentro. O dos reencuentros.
En el balance inciden algunos momentos fuera de tono, de esos que sólo los actores aman, situaciones forzadas y otros defectillos. En cambio se agradece el estilo sencillo, la apariencia leve, la mezcla equilibrada de historia familiar dolorosa y comedia de costumbres hospitalarias en el interior de la provincia, la doble intriga policial y filial, ambas resueltas de modo amable y sin mayor problema. Intérpretes, Erica Rivas, Juan Minujin, Hugo Arana y Beatriz Spelzini. Productor, Juan Pablo Martínez.