Un western que lo tiene todo para encantar. Las reglas del género, pero con un anclaje argentino, el buen argumento que recuerda a los hermanos Velázquez de El Chaco, que como la leyenda de Robín Hood, le robaban a los ricos y repartían a los pobres, y un dato no menor en su ubicación en el tiempo, los violentos históricos de la dictadura de Onganía. Para su opera prima Nicolás Galvagno, filmo con calidad y creatividad en los exteriores del departamento de Lavalle en Mendoza, e integró ese paisaje a una historia existencial del protagonista y sus aliados, el centro conmovedor de sus vidas, para escapar a un destino de violencia, a un deseo de armonía y redención utópicos. El personaje de Lautaro Delgado Tymruk, compuesto por el talentoso actor, con un bordado emocional exacto, aparece y desaparece a lo largo del film pero no podrá eludir un camino marcado. Además de lo anecdótico, advierte que las reglas del juego cambian, la situación política se pone más oscura, represiva, no hay tiempo para códigos en la violencia. Así como Delgado en el centro de la acción esta estupendo, lo acompaña grandes actores Diego Cremonesi, una revelación Sergio “Maravilla” Martínez, irreconocible, Juan Palomino, María Abadi. No se la pierda.