El director de Tiempo muerto reúne aquí videos caseros tomados por gente común en distintos rincones del mundo (Argentina, Rusia, Estados Unidos, India, etc.) que abordan las relaciones entre padres e hijos. Tokman -un poco en la línea de Mauro Andrizzi en Iraqi Short Films- se limitó a buscar y (re)editar el material en un trabajo que revindica el espíritu auténtico (por momentos inocente y en otros visceral) de las películas familiares.
Son siete grupos muy diversos entre sí no sólo en orígenes, comportamientos y formaciones sino también en sus épocas (hay un abanico de unos 20 años), pero con algo en común: en todos los casos los adultos filmaron a los niños de forma obsesiva desde el momento en que nacieron con la idea de capturar el tiempo y dejar un registro que desafiara a la traicionera memoria. Un trabajo atrapante y, por momentos, subyugante, de esos que generan múltiples interpretaciones y sensaciones según la sensibilidad de cada espectador.