Si Barbie y los Lego tenían sus películas, ¿por qué los Playmobil no iban a tener la suya?
Playmobil: la película comienza en el mundo de los humanos. Marla (Anya Taylor-Joy, de Fragmentado, quien vivió en su infancia en la Argentina) sueña con viajar y recorrer el mundo. Tiene el pasaporte listo, y con su hermano menor Charlie (Gabriel Bateman) fantasean de lo lindo. Hasta que la vida les da un porrazo en la cara: sus padres fallecen en un accidente, y Marla pasa de ser la hermana compinche a la hermana protectora.
Un día Charlie se escapa, entra adonde están preparando una convención de Playmobil, Marla lo encuentra y, como por arte de magia, son transportados a un universo en el que ellos mismos pasan a ser muñequitos.
Lo que sucede en Playmobilandia queda en Playmobilandia.
La película nunca deja de ser amena, y si bien tiene como principal destinatarios a los más pequeños, todos aquellos que hayan jugado con los muñequitos podrán encontrar en esta aventura que va cambiando de escenarios agrestes a urbanos, y en la que Marla debe encontrar a Charlie, motivo de nostalgia y/o regocijo.
Hay distintas peripecias que hacen entretenido lo que podría pasar por banal en la mera enumeración de hechos y circunstancias por las que atraviesan los protagonistas.
En ese fin de semana largo que se aproxima, Playmobil: la película es una buena excusa para pasar algo más de hora y media compartiendo con los chicos una comedia de aventuras, con pocos gags o guiños para adultos, pero bien vale el momento sano compartido.