¿Quién no ha jugado con algún Playmobil de niño? Bueno, ahora y en estos años, quizás no. Pero si tenés de veinte para arriba, probablemente recuerdes con cariño a estos juguetes (que eran un hit en la segunda mitad de los 70'). Han sido, sin dudas, parte de nuestra infancia, como otros elementos que perduran en nuestra memoria hoy.
La propuesta de STX Nabs Animatic Pic creemos que se centró en atraer a priori a los fans de la franquicia "Lego", y ofrecerles el mismo ritmo de acción y humor, pero con otros personajes. Tal vez creyendo que esto les abriría la puerta a más facturación y más películas.
¿Es "Playmóbil, la película" un producto capaz de abrir esa veta del mercado? Probablemente no. Si bien hay que reconocerle que el aspecto visual de la cinta es prometedor y luce muy bien (por algo el film costó arriba de 70 millones de dólares), lo cierto es que el guión es plano y repetitivo. Y lo que es peor, parece calcado de clichés de todas las cintas similares de juguetes en los últimos 5 años, lo cual no le aporta para nada al público adulto que acompaña necesariamente, en sala.
Con "Lego", (si bien no en todas las entregas) los papás nos reíamos mucho, pero debo anticiparles que esto no fuirá con la misma energía. "Playmobil, la película" está pensada para un universo de chicos de 4 a 8 años y fuera de ese rango... se ve difícil disfrutarla.
Veamos porqué. La historia inicia con el racconto breve de dos hermanos (Gabriel Bateman y Anya Taylor-Joy), quienes han quedado huérfanos y solos en la vida. Marla (Joy) es la mayor y la que cuida a su hermano, lo cual le produce las contradicciones típicas de la edad, es muy chica para tener que ser tan responsable pero... ¿quién más podría hacerlo?
Cierto día, Charlie (Bateman) se escapa en una exposición de juguetes y termina en un cuarto lleno de maquetas de Playmóbil. Su hermana, Mara, corre a buscarlo y en una confusa circunstancia, ambos son trasportados (?), mágicamente (?), a un nuevo universo donde serán separados (a Charlie lo secuestran un grupo de bulliciosos piratas) y en el cual, las reglas, difieren bastante de las que ellan conocen. No pidan una explicación porque sencillamente, no la hay.
Vaya a saber uno porqué.
Mara, vuelve en sí en un mundo donde ella ya es una Playmóbil con todas las de la ley (?) y tiene que rescatar a su hermano, quien por su lado, vive una aventura bastante... particular. La trama entonces propicia el pasaje de la protagonista por los distintos "universos" de juguete, cada uno con su peculiaridad.
Hay escenarios con las clásicas maquetas (el barco!!) y un humor que es básico y forzado. Sí, hay cuadros musicales (el del inicio es el único que me gustó) y está detrás toda ese impulso de "tu puedes hacerlo", que distingue a los productos familiares en este tiempo.
Nada nuevo bajo el sol. Sí desde ya que el entorno es divertido, el detalle puesto en los diferentes espacios y la velocidad de la animación es excelente. Desde el punto de vista técnico, no hay nada que decir.
Lino DiSalvo, el director de la cinta (que viene del departamento de animación de Disney responsable de "Frozen") pone toda la energía allí y el resultado visual es atrayente, sin dudas. Donde el film falla, es en ofrecer un argumento sólido, una historia lineal, con cierta unidad y coherencia, que le den al producto una estatura distinta. El resultado es un conjunto de gags inconexos sin una vinculación significativa con el sentido lógico de la trama.
En síntesis, sólo es una alternativa para los chicos que aman estos juguetes. Lo cierto es que ellos tienen una vara de calificación, distinta y está bien.
Desde el mundo adulto, este es un producto que no despierta mayor interés. En definitiva, los padres y familiares que acompañan este peregrinar a salas, deberán seguir esperando algún título para disfrutar, en el que encuentren contenido a dos vías (grandes y chicos). "Playmobil, la película", entonces, se ubica por debajo de nuestras expectativas. Seguimos creyendo y valorando, buenas historias, por sobre todo.