Un film de gran actualidad sobre la violencia, la discriminación, la desigualdad, las clases sociales, rodado por la cineasta brasileña Lúcia Murat que sabe lo que está contando porque ella participó en los movimientos estudiantiles y guerrilleros contra la dictadura militar en Brasil en los años 1960-1970. Fue encarcelada y torturada por agentes militares; esa experiencia ejerció una fuerte influencia en su trabajo.
Nos encontramos frente a un thriller duro y oscuro, que muestra psicoanálisis frente a las inquietudes y los trastornos de una paciente, sobre la violencia, gran parte de esto se desarrolla en una sala, allí están por un lado, Camila (Joana de Verona) una joven psicóloga que estudió sobre la violencia en el país y Gloria (Grace Pass, estupenda interpretación) que sufre la indiferencia de la sociedad y de un duro pasado.
Esta ascensorista se encuentra encerrada en su pasado y su presente, casi similar como su ámbito laborar, ese lugar asfixiante, la violencia, la soledad, la tristeza, los prejuicios, la invaden y sufre cuando visita a su hermano Jonas (Alex Brasil) en la cárcel, y también está la relación con Samuel (Dígale Ribeiro), un vecino y enamorado.