Tres adolescentes accidentalmente -siempre es accidentalmente- reciben enormes poderes sobrenaturales. Lo que comienza como una diversión termina de modo trágico en la medida en que el delirio se apodera de ellos. También realizada con cámara en mano a la manera de videos personales (o casi), el film trata de darle una vuelta de tuerca a ese nuevo subgénero de mutantes adolescentes superpoderosos que habría que empezar a tomar en serio como síntoma de que algo no está del todo bien en el mundo.