Poesía para el alma

Crítica de Blanca María Monzón - Leedor.com

EL CANTO DE AGNES

Estamos en una época en que la poesía se muere.
Algunos lamentan la pérdida, mientras que otros se limitan a decir: "La poesía merece morir".
Pero se sigue leyendo y escribiendo poesía.
¿Qué significa escribir poesía ante un futuro tan oscuro?
Es la pregunta que quiero hacer al espectador.
De hecho, es una pregunta que me hago como cineasta:
¿Qué significa hacer cine en una época en que el cine se muere?
Changdong Lee

POESÍA ES UNA REALIDAD, QUE PUEDE ACARICIAR O GOLPEAR. JUAN GELMAN

Como si se tratase de una página casi en blanco con un poema, POESÍA PARA EL ALMA del cineasta coreano LEE Changdong tiene un gran espacio que rodea a la palabra escrita, donde el espectador va a poder llenar esos blancos con todos los interrogantes que plantea el film, que son muchos y de diferente envergadura.

Un grupo de niños juegan en la orilla de un río mientras divisan a lo lejos algo que viene flotando hacia ellos…es el cadáver de una joven.

Una mujer de 66 años vive con un nieto adolescente a quien cuida e intenta educar. La madre está ausente, no sabemos porque. Por otra parte atiende a un anciano hemipléjico a quien baña todos los días. No conocemos si es su único salario, sí que le es importante para sobrevivir.

Un día descubre un anuncio de un taller de poesía en un centro cultural y decide participar del mismo. Esto le abre la puerta de un mundo del cual no ha formado nunca parte, pero al cual ha intuido desde siempre.

Paralelamente sabemos que la joven encontrada en el río es una compañera de su nieto, que se ha suicidado. Y este es uno de los seis implicados indirectos de esa decisión.
Esto la obligará a recorrer la topografía de los lugares relacionados con este acontecimiento, a sorprenderse y a dejarse llevar por sus sentimientos y sensaciones, a convertirse de pronto en una fisgona de su entorno, a medida que comprende la diferencia entre ver y mirar o comer o degustar un damasco.

Mientras, el grupo de padres deciden entregarle a la madre de la adolescente una cantidad de dinero para obligarla a callar. Luego se lo comunican a ella sabiendo que la abuela no dispone de esa cantidad de dinero.

Por otra parte ella visita al médico por un adormecimiento en el brazo, y este desestima ese síntoma ya que le preocupan mucho más sus olvidos cada vez mas frecuentes.

El deseo de escribir un poema por parte de la protagonista atraviesa este maravilloso film, tan duro como poético.

Un adolescente abúlico que escucha música todo el tiempo y que piensa que es “justo” reemplazar su celular de un año y medio de uso y que de hecho no demuestra ni amor ni reconocimiento por la dedicación de su abuela.

Una sociedad que ha perdido el rumbo de los valores elementales con los cuales deberían moverse los seres humanos, ética, amor por el prójimo, solidaridad real.
Una parte de la juventud que se divierte con violar en grupo a una compañera de escuela.
Una madre, que se desentiende de su hijo.
Una abuela que calla, pero que ha entendido de pronto que ver no es mirar.
Un anciano que desea sentirse nuevamente un hombre antes de que la muerte se lo lleve.
Un profesor que se dedica a explicar que es la poesía.

Un taller, donde la gente todavía se aferra a la vida mediante el juego con el lenguaje. Que crea poemas a través de sus propias experiencias de vida, a veces casi como una catarsis y como una vía de escape de esa hostilidad y locura del mundo que los rodea.

Una mujer finalmente… que elige muchos caminos diferentes para intentar ser fiel a si misma, mientras busca con una cierta angustia las palabras, en el momento en que estas van desapareciendo lenta pero progresivamente de su mente, pero no de su alma. Y que construye un poema, que viene a darle la voz a otra, que de pronto es ella en el espejo: en Dos instancias límites: y una misma imagen final reflejada en sus ojos.

Un director que se interroga a si mismo sobre el valor de la poesía y por extensión del cine. Pero que logra crear literalmente un poema a través de la palabra escrita de su protagonista. Y a la vez hacer de este film un desgarrador poema desde el lenguaje cinematográfico, en un momento donde la poesía felizmente es todavía un recurso, a modo de un oasis en el desierto que puede atarnos más que nunca a la vida.

Un film abierto en todos sentidos para reflexionar hasta por el sinsentido que implica la posibilidad de elegir la muerte.

Un guión impecable y radical, una fotografía excelente acompañadas de mejores actuaciones, un film duro y necesario.