Misterio apto para todo público
Por primera vez llega a la pantalla grande una película live action de las criaturas animé. La historia comienza con la muerte de Harry, un detective de Ryme City, una ciudad en la que humanos y las criaturas viven en armonía sin necesidad de correas ni “pokebolas” para guardarlas.
Los Pokémon fueron creados en Japón, primero como un videojuego, en 1996, y debido al éxito que tuvo, un año después salió al aire el animé basado en estos pequeños monstruos (Pokémon es contracción de “Poket Monsters” que justamente significa “monstruos de bolsillo”).
La franquicia creció a nivel mundial, los juegos fueron realizados para distintas consolas y la serie animada tuvo diferentes secuelas, que duraron hasta mediados de los 2000. A mediados de 2016 se lanzó Pokémon Go, una aplicación para smartphones que permitía cazar pokemones en tiempo real en cientos de ciudades en el mundo, y fue furor desde su salida. Pero por primera vez llega a la pantalla grande una película live action de estas criaturas, con una historia diferente a la original, y situada en un universo en el que la humanidad convive armoniosamente con los pokémon.
Desde el primer momento hay que tener en cuenta algunos datos respecto a los monstruos, y que de alguna manera reemplazan a los animales, y en muchos casos son domesticados y educados, funcionando como una especie de mascotas para los humanos y generando una relación con sus dueños que va más allá del cariño (se dice que si un humano muere, su pokémon también). La acción en “Pokémon: Detective Pikachu” comienza con la muerte de Harry, un detective de Ryme City, una ciudad en la que humanos y las criaturas viven en armonía sin necesidad de correas ni “pokebolas” para guardarlas. El jefe de policía llama a su hijo, Tim (Justice Smith) para que vaya a hacer los arreglos funerarios.
El adolescente, de pequeño quiso ser maestro Pokémon, pero en la actualidad no quiere saber nada con ellos. Cuando llegue a la casa de su padre, se encontrará con el Pikachu (voz de Ryan Reynolds) de Harry, antiguo compañero de su padre detective. Pero lo extraño es que Tim entiende todo lo que dice Pikachu, algo que ningún otro humano puede. El problema es que la simpática criatura perdió la memoria y no recuerda qué pasó con él ni con Harry. Pikachu convencerá a Tim de que, aprovechando esa extraña conexión, averigüen qué sucedió con su padre, ya que no cree que esté muerto.
Tendrán la ayuda de Lucy (Kathryn Newton), una periodista experta en estas criaturitas y en teorías conspirativas. El problema será que, al indagar más y más, mucho más terrible será la verdad a la que se enfrenten. Si bien hablamos de un filme simpático, con bastante acción y humor, los más de 100 minutos de duración resultan extremadamente largos para una película de su tipo, ya que es apta para todo público y por lo tanto tiene un target familiar. Pero también, su metraje es rápidamente justificable, porque al buscar incluir a niños, es necesario explicar todo -a veces más de una vez, con diferentes recursos- lo que sucedió y lo que sucederá.
Pero de aquí se desprende también su mayor falencia: “Pokémon...” resulta demasiado compleja para la audiencia que espera. De todas maneras, se destaca el trabajo de Reynolds que, viniendo de películas como “Deadpool”, logra meterse en el corazón de todos como la voz -o conciencia- de Pikachu.