Angelin Preljocaj revisita el género dramático inspiracional, en esta película que toma el esfuerzo de un personaje por conseguir algo, en este caso llegar a bailar en el ballet del Bolshoi, y que en el camino por hacerlo se transforma.
Escenas oníricas, la música que envuelve a su protagonista, la rebeldía por patear el tablero y tomar sus propias decisiones, van configurando el camino de la joven que da nombre a la película, un sendero plagado de obstáculos.
Algunos lugares comunes, y la pérdida de la idea original, van resintiendo la propuesta, pero aún así la cruza de clásicos como "Billy Elliot", "Flashdance" y algunos más recientes como "Wiplash", conforman este drama sentido y estilizado.