El film de 1982 dirigido por Tobe Hooper y Steven Spielberg era perfecto. No es ilegal hacer una remake, siempre y cuando agregue algo nuevo, un punto de vista distinto, una idea. Nada de eso: aquí es lo mismo solo que técnicamente “mejorado” y con alusiones a mil otras películas que, abrevando en la Poltergeist original, nos vienen llenando de casas con fantasmas crueles y corridas en los últimos diez o quince años. La pregunta que nos queda hacernos cuando salimos del cine es ¿para qué? La original aún funciona perfecto.