Cronemberg pasea por Sunset Boulevard
David Cronemberg ha sido siempre un director visionario, innovador, jugando con los límites y siempre intentando pasar mucho más allá de cualquier encasillamiento cinematográfico.
Sus películas como "La Mosca" "La Zona Muerta" o "Pacto de Amor" lo fueron posicionando en el terreno del cine de autor que fue reforzando con sus innovadoras "Almuerzo Desnudo" y "Crash" pasando por una adaptación exquisita de "M. Butterfly".
Después de un par de buenos films con Viggo Mortensen como protagonista como "Una historia de violencia" y "Promesas del Este" tuvo dos films particularmente fallidos como "Un método peligroso" (con una Keira Knightley exasperante) y "Cosmópolis" que no lograron estar a la altura de sus creaciones anteriores.
"Polvo de Estrellas" (o su título original "Map of the Stars" que da cuenta de los tours por Hollywood visitando la casa de las estrellas) se mete de lleno con la industria cinematográfica para tratar en tono de comedia que se parodia a si misma, el mundo de las estrellas de cine, la televisión, de los productores, los representantes, las estrellas en ascenso y todo aquello que rodea al mundo de las estrellas -con un gurú new age incluido-.
La historia se desarrolla con dos líneas argumentales que irán confluyendo a medida que avance la trama y que un guión retorcido digno del universo Cronemberg las vaya haciendo confluir aún con algunos guiños bastante bizarros mediante.
Por un lado está Havana Seagrand (Juliane Moore -en la actuación que le hizo ganar la palma de Oro a la mejor actriz en Cannes-) una actriz al borde del ataque de nervios, exasperada, que no logra conseguir ese papel que supone la volverá a catapultar dentro de las actrices del momento.
Por consejo de una amiga (Carrie Fisher haciendo de si misma en uno de los tantos guiños que propone el guión plagado de autoreferencias) contrata a Agatha Weiss como su asistente personal (Mia Wasikowska tan ecléctica como para ir dese "Alicia en el país de las Maravillas" a un clásico como "Jane Eyre").
Agatha a simple vista parece no presentar problemas pero esconde un pasado sumamente tormentoso, intenso, con toda la negrura con la que Cronemberg parece sentirse como pez en el agua.
Del otro costado del relato, avanza una línea paralela con la familia del Dr. Staffor Weiss (John Cusack) una especie de Claudio Maria Dominguez hollywoodense -y con el que el guión parece establecer una crítica directa a la Cientología-.
Weiss parece poder ayudar a todo el mundo menos a su propia esposa, sumida en una enorme depresión (Olivia Williams) y a su hijo Benjie (Evan Bird - una verdadera revelación en la película) que está intentando superar las típicas adicciones en las que caen las estrellas infantiles Hollywoodenses.
Estas historias se irán entrecruzando a medida que el pasado de Agatha se vaya desplegando. Cronemberg sabe manejar muy bien la dosis de suspenso que tiene el relato y hace virar la historia a un terreno que mezcla la (auto?)crítica, la pintura descarnada de ese mundo que a simple vista parece tan glamoroso pero con almas tan vacías y somete a sus actores a momentos realmente bizarros y hasta bordear el gore, con un guión que propone hasta algunas escenas que pueden dar "vergüenza ajena" -sin embargo la enorme Julianne Moore se anima a todo y más!-.
Con toques cómplices al mundo cinéfilo, con situaciones y nombres de famosas figuras incorporados armoniosamente en el guión en algunos diálogos bien filosos, la radiografía impiadosa que construye sobre este mundo que Cronemberg parece conocer con la misma fuerza que parece detestar, es en este terreno en donde se logran los puntos más interesantes de la historia.
Y una vez planteada la historia, se elige subrayarla de una forma exagerada y llevada al extremo a cada uno de sus personajes para empujarlos al precipicio y mostrar sus peores miserias.
Sus actores parecen rendirse enamorados a la propuesta y totalmente entregados al juego. Julianne Moore se entrega a toda la complejidad de su personaje, y como fue dicho anteriormente, no tiene miedo de caer en el ridículo y logra momentos realmente increíbles con su desbordado personaje.
Mia Wasikowska tiene ese halo de misterio que rodea permanentemente a su personaje (y si bien tiene puntos de contacto con su personajes en "Lazos Perversos", logra darle algunos tintes diferentes) aunque le falta fuerza para definir algunos de los matices que necesitaba un personaje tan complejo como Agatha.
Una grata sorpresa es Evan Bird como la figura jóven ya consumida por el sistema, con aires de divo y una enorme soledad interior y John Cusack-Olivia Williams saben encontrarle la tonalidad exacta a una pareja completamente disfuncional.
Un cocktail con ironía, sexo, perversiones, histerias, digno del universo Cronemberg plagado de humor negro y amoralidad.
Lo único que se le puede reprochar a "Polvo de Estrellas" es que la mirada que brinda sobre sus personajes tiene la misma superficialidad que les critica.
Uno no logra creerles ese sufrimiento, no logra verlos completamente humanos, dibujándose más como una caricatura de si mismos y sin que uno como espectador, pueda conectar con sus esencias y su dolor.
Una película más de actuaciones soberbias que de ideas que lleguen a buen puerto, nuevamente Cronemberg brinda un producto inclasificable, personalísimo, con momentos arriesgados, provocadores y muy a su estilo para dar una mirada impiadosa al star system.