Polvo de Estrellas (Maps to the Stars) es la última película del Señor David Cronenberg, uno de los mejores directores del cine contemporáneo.
No quiero hablar mucho sobre la trama porque es interesante cómo Cronenberg se toma el tiempo para revelarnos quiénes son estos personajes. Polvo de Estrellas transcurre en este microcosmos o suerte de universo paralelo que es Hollywood y gira en torno a la vida de una actriz en decadencia y mega bitch llamada Havana Segrand (Julianne Moore), el motor de la narración. Son también protagonistas los integrantes de la familia Weiss, compuesta por papá Weiss (John Cusack), gurú de la autoayuda y terapeuta (oscurísimo) de las estrellas; el joven actor Benji Weiss (Evan Bird) –al lado de este pibe, Macaulay Culkin es un nene de pecho– y mamá Weiss (Olivia Williams), manager de su hijo. Mia Wasikowska interpreta a Agatha –la outsider freak que viene a desequilibrar aún más a este grupo de desequilibrados y a desatar el caos– y también hay una pequeña aparición del ex teen idol Robert Pattinson (Jerome Fontana), chófer de limo y actor/escritor wannabe, quien para mí fue, es y siempre será Edward Cullen. No sé por qué Cronenberg insiste en seguirlo casteando.
Polvo de Estrellas es una película menor de un excelente director.
La excelente interpretación y el labio botoxeado de Julianne Moore le valieron el premio a la mejor actuación femenina en el pasado Festival de Cannes, tan sólo unos meses antes de que apareciera la nueva carita de Renée Zellweger por todos los medios. Si bien esperaba que lo último de Cronenberg fuera otra cosa y no lo que es, y si bien de estos temas (los mambos familiares, la obsesión por la belleza y la eterna juventud, la crudeza del showbiz…) y de este mundo hoy en día sabemos y se habla mucho gracias a los amigos papparazzi, los hackers, E! Enterteinment, Twitter, Facebook, TMZ, etc, es muy seductora la visión hiperbólica de Cronenberg, con guión de Paul Wegner, acerca del cosmos Hollywoodense.
Polvo de Estrellas no es una película memorable, no es una Mulholland Drive ni una Sunset Bulevard. Es una película menor de un excelente director. Pero, como premio consuelo, por lo menos es algo muy alejado de lo que fue Cosmópolis, esa cosa que algunos llamaron película. Bottom line, espero que a David se le prenda un poco más la lamparita: tiene 71 años y quiero que me vuelva a volar la capocha como antes – ¡te estoy esperando hace 7 años, David!
En Polvo de Estrellas hay drama, humor negro, ácido y escatológico; hay cuerpos quemados, incesto, sexo y hay terror. Y los monstruos son estos sádicos, drogadictos, psicóticos, mentirosos, desagradables, hipócritas, incestuosos y narcisistas seres humanos.