Luego de hacer su particular versión de los Tres Mosqueteros, el director inglés Paul W. S. Anderson vuelve al cine con su nuevo film Pompeii, con un reparto en el que están Kit Harington (Game of Thrones), Emily Browning (Sucker Punch), Kiefer Sutherland (La serie 24), Jared Harris (Mad Men) y Carrie Ann-Moss (La saga de Matrix). Con Pompeii, Anderson y sus guionistas intentaron hacer una suerte de Titanic, utilizando los mismos elementos de un romance prohibido y una catástrofe histórica de por medio. Pero también se inspiraron en Gladiador, lo cual se hace notorio en la amistad que entabla el protagonista (Harington) con un gladiador africano (Adelawe Akinnuoye-Agbaje) que juntos pelean en el coliseo de Pompeya como preámbulo de la venidera catástrofe a la cual son ajenos. Al igual que en Gladiador, hay una subtrama en donde el antagonista (Sutherland) tiene un gran poder político y tiene el objetivo de poseer al interés amoroso (Browning) del protagonista.
¿Cómo se compara el nivel Pompeii con el de Gladiador y Titanic? No se compara. En especial si se tiene en cuenta que las otros films no son excelentes pero sí funcionan dentro de su planteo. Pompeii no logra en ningún momento despegarse de sus influencias y el guión no ayuda ya que hay momentos más que aburridos o expositivos que parecieran nunca terminar. La película no logra obtener un ángulo novedoso a su narrativa más allá del lugar y tiempo en el que está situado. Su relato tampoco resulta visceral, violento ni particularmente apasionado, con lo cual quizás hubiese sido mejor idea hacer que la duración del largometraje sea más corta y utilizar un tono más clase B, ya que la presunta seriedad que se le da a la película resulta inadecuada.
Más allá de ser el film más técnicamente prolijo de Paul W. S. Anderson en cuanto a efectos especiales, 3D, vestuario y diseño de producción en general, Pompeii fracasa en su intento de establecerse como la épica romántica del año (si es que acaso se lo propuso). Con su pareja de actores principales siendo inexpresivos y con su guión mediocre el film del Anderson pasará al olvido rápidamente.